El consumo de bebidas azucaradas que fueron gravadas con un impuesto similar al que se fijó en México en 2014 se redujo 9.6% en la ciudad estadounidense Berkeley, en California, según un estudio de Public Health Institute y la Universidad de Carolina del Norte. Luego de que en 2014 se aprobara gravar con un centavo cada onza (alrededor de 30 mililitros) de estas bebidas, el estudio titulado “Cambios en los precios, las ventas, los gastos de los consumidores y el consumo de bebidas un año después del impuesto a las bebidas endulzadas con azúcar en Berkeley, California, EU: estudio preliminar y posterior”, reveló que la medida sí tuvo un impacto en los hábitos de los consumidores, aunque no necesariamente en sus bolsillos.

La OMS recomienda impuesto de 20% para bebidas azucaradas

Por otro lado, los líquidos que no tuvieron aumentos —como agua y leche— fueron más adquiridos, por lo que su consumo aumentó 3.5 por ciento. En específico, las ventas de agua aumentaron 15.6% y otras bebidas de frutas, verduras y té —sin impuesto— aumentaron 4.37 por ciento. Al respecto, la doctora Lynn Silvern, principal autora del estudio, subrayó que los hallazgos “sugieren que los impuestos a las bebidas azucaradas tienen sentido para la salud y la economía”. Destaca que lo recaudado por el impuesto se usa para programa de salud en la ciudad y asegura que no hubo afectaciones al comercio local, ni los residentes de Berkley están pagando más, por lo que calificó el impuesto como un “éxito”. La evaluación compara los cambios antes y después de los primeros 12 meses de implementación (de marzo de 2015 a febrero de 2016). Recientemente se aprobaron impuestos similares en San Francisco, Oakland, y Albany, en California, Filadelfia (PA), Cook County (IL) y Boulder (CO, y hay otras ciudades que están evaluando la medida, como Santa Fe, Seattle, Illinois, Connecticut, West Virginia, Massachusetts y Washington. En México, desde 2014, también se impuso un impuesto sobre las bebidas azucaradas de 10 por ciento. Esto, a pesar de que en 2015 algunos legisladores intentaron reducirlo a la mitad, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un gravamen de 20% para este tipo de productos.