México no tiene armamento para la guerra comercial-energética. Además, os soldados están flacos ante la falta de una paga correcta para poder hacer frente a la batalla.

¿Cuánto tiempo durará el país en el combate? Si el tratado actual comercial de no agresión al TMEC, es posible que ya no exista, y ahora sí, habrá una guerra sangrienta y directa hacia la economía mexicana.

La realidad actual debe ser entendida de la siguiente forma: el que compra, y paga el precio de algo que necesita un hogar, es el consumidor, y el cual tiene para el poder el tenerlo; un empleo o alguna forma de contar con el dinero necesario para poder adquirirlo.

En el siglo XXI, ha surgido la nueva guerra entre los países, y la que denominaré “Hibrida”, debido a que esta se basa, en las desavenencias surgidas de un déficit en la balanza comercial entre dos países. La cual es justificada, bajo índoles de seguridad nacional, discriminación comercial, y la no justa carga tributaría, al introducir algo de un país al otro.

Porque la llamo híbrida. Hoy el mundo depende de cuántas mercancías, productos, y energía, pueden ser intercambiadas en manera diaria entre todos los países del mundo, y a partir de enero del 2025, habrá guerras económicas-energéticas. Las cuales dependerán del mundo que tan rápido se adapte, y a donde los tratados o acuerdos comerciales de libre comercio, serán parte de la historia de libros y de los servidores de la información electrónica.

En esta guerra no habrá muertes de seres vivos, si no habrá una baja en el poder adquisitivo de las personas, y que, en muchos casos, no podrán el tener acceso a todo el mercado, al cual estaban acostumbrados, a poder adquirirlo a lo que necesitaba su hogar.

Según la página The Budget Lab, en un análisis realizado respecto al impacto de los aranceles al consumidor estadounidense, con referencia a los aranceles impuestos a México, Canadá, China, y los recíprocos dados al resto de los países del mundo, indica que estos mermaran a los hogares de este país. Incrementando, al índice del precio al consumidor en el orden de un 2.3 % en el corto plazo, y a lo que equivale a una pérdida promedio de 3,800 dólares por hogar en forma anual; es decir, ya no tendrían ese dinero para gastar por el incremento de los precios. Según este cálculo, proviene de la posible tasa arancelaria efectiva, que pudiera tener en promedio los Estados Unidos por los aranceles y que estaría entre un 22 % y un 25 %. La pregunta que debemos de hacer es: ¿Qué país no vende algo al mercado americano?

En México están más preocupados por los aranceles, y que no se han dado cuenta, al parecer, de que la gente que migró en forma legal o ilegal a los Estados Unidos, podría mandar en menor proporción las remesas, ante la pérdida adquisitiva de los 3,800 dólares para el poder sobrevivir. Ahora habrá el siguiente dilema de parte de ellos: mandaré los 5,500 a 6,000 USD dólares en forma mensual, o tengo que ajustar mis gastos, por el incremento del costo de la vida a donde radico en los Estados Unidos. Entonces estos aranceles, pegarán a los mexicanos que radican en este país, y principalmente a los que reciben el dinero en México, al reducir la cantidad del dinero por cada remesa enviada en forma mensual.

Pero ahí no termina, la cadena de reducción en la percepción económica de un mexicano. Te has preguntado: ¿Por qué México no impone aranceles recíprocos a los Estados Unidos?

La respuesta está en los salarios que el consumidor tiene hoy día en la economía mexicana actual. Cualquier incremento a la inflación, y cambios de precios de productos importados sujetos a un arancel, y que pueda comprar una industria manufacturera, energética, siderúrgica, alimentaria, tecnológica o agrícola, afectará, en forma directa, al índice del precio al consumidor.  Poner aranceles recíprocos a Estados Unidos, afectará directamente a la población mexicana. Derivado en que gran parte de la población económicamente activa ocupada, tiene un salario, no acorde a un desarrollo económico sostenido del corto plazo.

El decir que “La fortaleza económica de México, es debido en el haber más inscritos en el instituto Mexicano del Seguro”, y que esto ayudará a la guerra comercial, que hay a lugar en el mundo, y principalmente con EUA, es una falacia. Recordemos que México, nunca ha estado en una guerra bélica en forma frontal, y mucho menos económica, al ser un país ensamblador de tecnología. Lo anterior es confirmado con base, en la siguiente información que emana del INEGI y del IMSS:

Al mes de febrero, hay 59.2 millones de personas ocupadas, dentro de la Población Económicamente Activa, y de los cuales el 66 % está bajo el régimen de estar asalariado.

El total de la PEA ocupada, el 11 % está en el sector primario (pesca, agricultura y ganadería), un 25 % en el secundario (manufactura, construcción, y energía), y el 64 % el terciario (servicios). El total de los tres sectores, el más afectado de enero a febrero del 2025, fue el manufacturero, con la pérdida de más de 166 mil empleos, y se espera que pueda llegar a más de medio millón a finales del año.

El total de la PEA ocupada, el 41 %, gana un salario mínimo por día. 10 personas, 4 ganan solo un salario mínimo en forma diaria.

El total de inscritos al IMSS, el 66 %, gana dos salarios mínimos por día. 10 inscritos, 6 ganan dos salarios cada día.

Al mes de febrero, existen alrededor de 59 millones de personas, dentro de la población económicamente activa, y el 62 %, no está inscrito al Seguro Social.

39.3 millones de personas están asalariados dentro de la PEA, y los cuales solo el 58 % está inscrito al IMSS.

El sector primario, donde está la base alimentaria del país, el 90 %, no está inscrito al IMSS.

El sector manufacturero, y el cual será el más afectado en el corto plazo, únicamente está inscrito en seguros social, el 63 %.

Esto significa que la mayoría de la gente que está dentro de la PEA activa, e inscritos al IMSS, el salario fluctúa entre los 9,000 (450 USD) y 17,000 (850 USD) pesos al mes una persona ocupada; esto significa que un mexicano, tiene un salario entre 3 a 4 veces menor en comparación con un trabajador promedio en los Estados Unidos.

Ante esta situación, en México la desintegración familiar, se ha incrementado, debido a que un hogar para poder cubrir las necesidades totales, todos los miembros deben de laborar, y según esto, los programas sociales dados a las familias deberían mitigar esto, pero en la realidad esto no está pasando. Debido a que en el mediano a largo plazo, veremos a una menor cantidad de personas con un nivel académico por arriba de la preparatoria, debido a que los jóvenes de las familias deberán de trabajar en tiempo completo.

Es ante lo anterior, México está preparado para tener una guerra frontal, ante una población endeble, y con falta de poder adquisitivo, ante una percepción salarial, muy por debajo, para hacer frente ante cualquier cambio necesario para el proteger la soberanía económica del país.

El 2026, tiene grandes retos porque, según datos de la SHCP, el gasto programado, donde está la parte social y desarrollo, solo se incrementará en un 2 %, siendo la de mayor peso, el dado a la protección social.

Ante esta situación, México no puede, y no debe, colocar aranceles recíprocos, porque el hacerlo afectará en forma directa a la población, ante el incremento del costo de la vida. Pero ante la salida de ciertas industrias o reducción de producción, habrá una pérdida de empleos, y a los trabajadores que no quieran perder a este; es seguro que bajen su salario a estos, para mantener su entrada de ingresos a sus familias.

Tan cerca del dinero, y tan lejos del saber hacer negocios.

Por Ramsés Pech – Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos