Ser puritanos energéticos solo sirve para dejar en claro que estamos acostumbrados a llenar papeles de ideas, y que no están ligados a los dineros necesarios requeridos para el sector. No es lo mismo programas sociales, que ayudan a las personas y el dinero pierde valor, y que no puede servir si el costo de la vida se incrementa, ante la necesidad de consumir una mayor cantidad de energía desde la electricidad, y combustibles necesarios para toda la actividad de la sociedad, si los gastos, se incrementan, debido a un mayor costo para el poder operar en el producir a la energía. Esto traería como consecuencia el subsidiar para poder tener acceso por las personas.
Hipocresía, el decir que dejaremos de contaminar al planeta. Seguiremos haciendolo, pero ahora tenemos conocimiento del cómo es creado, afectado y el remedio; a lo cual a todo esto requiere dinero.
En México, ahora que todo mundo está en pleno énfasis de discursos de enseñanza, propuestas, y todo lo referente a cómo ven la visión del país durante los próximos seis años, el reloj del tiempo en este momento ha entrado en la fase de pausa, y las cosas para planear en el mediano a largo plazo, han sido puestas en el cajón, y en la espera que el nuevo administrador(a) pueda sacar cuanto tome el cargo, y deberá ver si están alineadas a lo que fue propuesto en papel o con las cuerdas vocales.
En México el total invertido en el sector de energía ronda alrededor de 1.4 billones de pesos entre la parte pública-privada (17% de los egresos en 2024), ante del 2015 todo era inversión del gobierno, y todo debía ser presupuestado a las empresas del estado, y con ello pudieran realizar licitaciones para que pudieran ser contratadas empresas privadas que tenían la tecnología, y mejores prácticas internacionales para cada parte del sector energético.
Hoy día existen empresas que han tratado de poder ser parte del sector energético, algunas lo han logrado y otras, han desistido en el intento, ya sea por los cambios a las normativas, atrasos en tener permisos para realizar una actividad, o la certificación de ciertos estudios necesarios para operar algún proyecto.
Ante la falta de certidumbre en el sector, la inversión extranjera directa en México ha disminuido y está a los niveles del 2007 de alrededor de los 3,500 millones de dólares, siendo la más alta registrada a según datos de la secretaria de economía en el 2018 con más de 7,000 millones, una contracción de más del 50% al cierre del 2023. Esto significa, no podemos modernizar al sector, y que este pueda ser adaptado para el futuro. Dejemos de ser inmaduros en la forma de poder ser atractivos para hacer negocios, y que el mercado mundial permita el tener acceso a tecnología. Pregunta que alguien pudiera contestar: ¿PEMEX y CFE, producen su propia tecnología?
Las de mayores inversiones que necesita México, según las políticas actuales públicas, son en el rubro de la extracción de petróleo y gas, debido a que de esta actividad obtiene la materia prima para producir combustibles (40% del total de la demanda), y que son usados en gran parte de las actividades diarias en el país. El transporte del gas natural, a donde el 60 a 70% del total de la demanda, requiere ser movido para llegar a las plantas que generarán a la electricidad para el país, y un 25% llegue al sector industrial. Pero el de mayor importancia, ante la electrificación de todas las actividades del ser humano, es el sector eléctrico. A donde incluye la generación, transmisión y distribución, y al cual hoy día muestra una gran contracción en la inversión en este rubro.
En México, están cometiendo un error, sobre todo cayendo en el transmitir a lo que la gente cree que debería escuchar por todos los que participan en las políticas públicas, aludiendo que requiere transitar a energías limpias, la electrificación de carros, el dejar de utilizar a los combustibles fósiles, y todo esto son sinónimos que, en el sector energético, antes de comunicar, deben del tener un monto del cuánto costaría hacerlo, operar, y mantener durante un largo plazo.
El total de la inversión extranjera directa en el sector energético, el 53%, es invertido en el sector eléctrico, el 26% en el transporte de ductos, y solo el 13% en la extracción de petróleo y gas. PEMEX, y CFE pretende que realice el todo, y ante la actualización de todos los procesos en todo el sector de energía, al minimizar los gases de efecto invernadero, emisiones de calor, y tener una mejor eficiencia operativa; como y/o a donde, obtendrá al dinero adicional para esto por las empresas del estado; ante la reducción del presupuesto. Hoy ambas empresas tienen una falta de una autorrenovación tecnológica.
Ante esta disyuntiva energética-financiera, la única solución debería ser el poder tener más dinero nuevo, y a donde empresas diferentes a las públicas, puedan ser parte del mercado energético bajo normas, y regulaciones acordes al país del futuro. Cuyo objetivo es el generar una mayor proporción de ingresos para la nación por medio de impuestos, e incrementar la calidad de vida de las personas ante nuevos empleos que podrían ser generados bajo condiciones salariales mejores a las actuales. Pero esta realidad, no es parte del discurso en la etapa actual de las propuestas de las candidata(o)s a ser los nuevos administradores por un periodo de tiempo.
En México se requieren alrededor de 2 a 2.5 billones de pesos en forma anualizada de inversiones, a partir del 2025, entre el sector público-privado, para llevar a buen puerto una transición energética en el todo, y no solo hablar del cómo generar la electricidad. Dejemos de mentir, no dejaremos de usar a los combustibles fósiles, cuando al menos las siguientes 5 a 8 décadas. PEMEX y CFE, invierten alrededor de 1 billón de pesos, y el resto debe provenir del sector privado. Ante este dato, estamos diciendo que México, seguirá en la obsolescencia, y una falta de certeza para las inversiones, si no es incluido en el discurso público, lo anterior.
Por Ramses Pech – Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos
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