Pretender dar favores por medio de protección social, indica “CORROMPER” a una sociedad, condicionándola a tener un dinero, sin tener el mínimo esfuerzo para obtenerlo y no por consecuencia directa de la situación en que se encuentran, sino por decisiones que no han ayudado a poder salir del estado de pobreza que tiene un individuo. El cual, al tener un dinero no contemplado dentro de su economía, estar acomodo y sin preocupaciones, dando origen a ser parte de una corrupción.

Hoy, en nuestro país, hemos encontrado que uno de los principales recursos de las divisas extranjeras, son las remesas enviadas por los ciudadanos de origen mexicano. Aludiendo que ellos ayudan a la económica mexicana. La realidad dista y resulta todo lo contrario; es una corrupción total e infraganti, debido a que rompen principalmente a los lazos familiares de la sociedad, creando individuos faltos de un núcleo de identidad, al tener que salir a otros países, ya sea un padre, madre o hijo fuera de la casa. Todo como una consecuencia por no tener las mismas oportunidades en su locación, región, ciudad o país, para el poder salir del estado de desarrollo económico que están como familia. Recordemos sin desarrollo económico, no existe crecimiento de una sociedad.

Ante esto, observamos que el presupuesto en el 2022 aprobado, y el propuesto en 2023, han sido convertidos en un medio corruptor de la sociedad, y es por medio de programas que se encuentran dentro del rubro de protección social (Probablemente existan más de 58.1 millones de mexicanos en la pobreza).

Desde el 2007, a donde se tienen datos sobre el gasto programado por parte de la Secretaria de Haciendo Crédito Público, indica que el desarrollo económico siempre había estado por arriba de la protección social, en una relación de un 70 a 80%. Pero a partir del 2018 este cambio, estando ahora la protección social 4% sobre la parte económica, y siendo esta última adonde se encuentran los rubros de energía, turismo, agricultura, pesca, transporte, entre otros, y que son parte para el poder tener un crecimiento económico, y este dinero, es complemento de las inversiones que son realizadas entre el sector público he privado.

En 2018, la protección social fue alrededor de 885 mil millones de pesos, y el propuesto para el 2023, será de 1.75 billones de pesos, casi el doble en menos de 5 cinco años. Pero el rubro de desarrollo económico solo ha crecido 30%.

Aquí una pregunta para los representantes en la cámara de diputados, y son quienes aprueban los presupuestos, por qué están permitiendo incrementar la protección social, cuando hoy día necesitamos que la carreta económica la mueva la parte publica, ante una clara baja de inversión del sector privado por el incremento del costo del dinero, insumos, materias primas y servicios, ante una inflación que hasta el momento no ha llegado a su máximo.

Ahora que existe una política pública, a donde la carreta pretenda ser movida por parte de las empresas productivas del estado en el sector energético, y dejando con un porcentaje a las inversiones privadas. Resulta antes del 2018, los dineros destinados a energía y combustibles estaban un 40% por arriba de la protección social, y los egresos en este rubro ayudan al sector secundario para generar empleos. A partir del 2019 han estado en promedio un 15 a 20% por debajo de la protección social, siendo el 2023 el más crítico de un 36%. En el 2023 redujeron el presupuesto, en conjunto a CFE y PEMEX, alrededor de un 5.32% respecto al 2022, y la empresa que genera la electricidad fue la mayor afectada con un 6.90%. Entonces como cubrirá la demanda energética, bajas presupuesto a quienes dices que serán las garantes.

Existe una inconsistencia en el presupuesto 2023, queremos tener crecimiento, pero apostamos en no tenerlo, al no aumentar el dinero en el desarrollo económico, y ahora que nuestra

balanza comercial entre lo que importamos y exportamos, al mes de julio, hay un déficit de alrededor de 18 mil millones de dólares. Esto indica que estamos dejando de producir algo que el mercado y consumidor, están demandando. La productividad bajará y por ende tendremos un crecimiento restringido.

La protección social genera empleos, capacita, amplía el conocimiento, o prepara a la sociedad para una economía tan cambiante. No todos los programas que están dentro de esta pudieran ser malos; aquí depende el cuestionar ¿para qué?, y ¿cuál es el objetivo?, y cuál es la forma de medir la rentabilidad de estos para las familias. No es de suponer que, al aumentar el gasto en protección social, debería limitarse la salida de personas que migren a otros países para poder tener acceso a una mejor calidad de vida.

Por qué no el apostar en el desarrollo económico, apoyando a los Sectores de actividad económica dentro de la población económicamente activa, ante una contracción del mercado en su demanda por la falta de inversiones privadas. El presupuesto 2023, índica que aumentaran los ingresos por medio de una mayor recaudación, y será la salvación para el crecimiento económico; pero hay que recordar que son el mismo número de empresas al no haber nuevas, ante una limitada inversión directa extranjera o nacional.

Entonces el presupuesto en 2023 es corrupto porque rompe el entorno familiar al salir más migrantes, los pobres depender de algún programa social, y solo apostar a crecimiento económico, sin invertir en el desarrollo.

Las matemáticas financieras no mienten, y la realidad es que gastamos más dinero a fondo perdido, y el déficit del balance del ingreso con el gasto, es más alto comparado con otros años para cubrir sobre todo a la protección social.

Por Ramses Pech – Grupo Caraiva – León & Pech architect

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