Dejar de pagar la deuda del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), que en 1999 se transfirió al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), sería gravísimo para el país, advirtió la Asociación de Bancos de México (ABM).
En conferencia de prensa, previo a la inauguración de la 88 Convención Bancaria, Raúl Martínez-Ostos, vicepresidente de la agrupación, mencionó que no cumplir con el requerimiento sería una señal muy negativa hacia el mercado, elemento innecesario en un contexto de incertidumbre por la desaceleración de la economía mexicana y de la política comercial de Estados Unidos.
“Si se dejara de pagar la deuda que hoy es del IPAB, es deuda pública… sería graves, porque al final consolida con la deuda del gobierno federal y esto sería un incumplimiento, y claramente se mandaría una señal muy negativa hacia el mercado y en general a todos los acreedores de México, locales, internacionales”, expuso.
El banquero precisó que lo anterior generaría “un riesgo adicional al que se tiene”.
“Al final, esa deuda —como toda la deuda pública— se viene refinanciando con el tiempo y creo que es importante que se cumpla”.
Para Martínez-Ostos, la “señal de compromiso” que ha proyectado el país “es la que ha permitido que México mantenga el grado de inversión y que sea un crédito de los más sólidos de los mercados emergentes”.
Por su parte, Julio Carranza, presidente de la ABM, comentó que la actualidad es muy diferente a hace 30 años en materia de regulación del sistema financiero y hoy en día es “muy completa”.
“Lo que pasó en aquel entonces es que debido a que no teníamos una regulación tan completa como la tenemos hoy, la banca era parte del problema en aquel entonces.
“Ahora estamos con una regulación con los mejores estándares a nivel mundial y esto nos permite tener, hoy, una banca muy fuerte, muy bien atendida, muy bien supervisada y muy bien regulada, lo que convierte a la banca en parte de la solución de los problemas que se presentan en el país y eso es creo que lo más importante”.
Carranza añadió que “se vale revisar lo que pasó en el pasado”, pero de lo que se tiene que hablar es de las oportunidades que tiene el país y que “son muchas”.
“Desde luego, se vale revisar lo que pasó en el pasado y demás, pero creo que lo que abona realmente hacia el futuro es pensar cómo es que juntos —el gobierno, empresas y bancos— podemos hacer que este país continúe avanzando”.
Por su parte, Eduardo Osuna Osuna, vicepresidente de la ABM, recordó que el rescate en ese momento fue para que los ahorradores de México recibieran sus depósitos.
Abundó que fue un rescate dirigido a los depositantes para preservar el sistema de pagos y “eso fue importantísimo para evitar una crisis más profunda que vivimos, y ese rescate permitió las reestructuras al sistema productivo del país y permitió —razonablemente— dar una salida a la crisis”.
“Fue tan profundo lo que ocurrió que, de los 18 bancos, solamente cuatro bancos terminaron no quebrando. De esos cuatro bancos que no quebraron, uno no cambió de dueño en el proceso de recapitalización.
“Yo creo que es un proceso bastante ejemplar, desde el punto de vista de lo que hemos observado en otras geografías en estos momentos de cambios de ciclo, en donde el sistema de pagos no puede fallar porque generas corridas financieras y un problema económico mucho más profundo como decía y que vivimos”.
Osuna Osuna añadió que siempre es mejorable lo que se inventó y lo que se diseñó en el momento de crisis de 1994 y, como resultado de esto, tenemos una banca sólida, con liquidez y fortaleza.
“Tenemos un sistema en donde la regulación es de las más altas en términos de estándares del mercado internacional.
“La banca ha sido probada en los cambios de ciclo que hemos tenido recientemente y ha salido muy fortalecida.
“Lo que pasó hace 30 años se puede revisar, pero hoy el resultado es un sistema financiero súper sólido, con bancos muy capitalizados y en donde preservamos el sistema de pagos y los ahorradores son apoyados por este mecanismo de rescate”, concluyó.
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