Con el paso de la pandemia de Covid-19, miles de mexicanos se quedaron sin empleo, sufrieron recortes en su salario o tuvieron que cerrar su negocio, lo cual -en muchos casos- incrementó sus niveles de deuda.
Si bien la mayoría de las familias logró recuperar -al paso del tiempo- su calidad de vida, otras tantas aún no superan este trago amargo.
Éstas no solo se quedaron con ingresos menores a los que venían ganando, sino que también con un endeudamiento mayor al que tenían antes de 2020, cuando la crisis causada por el coronavirus estalló.
El tiempo pasa y los prestamistas no esperan. La gran mayoría o todos desean pagar sus deudas, pero simplemente no tienen.
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En medio de la desesperación, algunas familias recurrieron a las llamadas reparadoras de deuda, las cuales tienen el objetivo de ayudar al deudor a encontrar un acuerdo con sus acreedores de forma pacífica y pagando el menor monto de intereses bajo el esquema de quitas, en la mayoría de los casos.
Sin embargo, si bien hay empresas de este tipo bien establecidas, hay otras que abusan de la necesidad de la gente, por lo que debes tener claro a donde acudirás a pedir ayuda.
Gianco Abundiz, especialista en finanzas personales, señala que legalmente no existe la figura de reparadora de deuda y no hay soporte que las respalde.
Por ello destaca tres mitos de este tipo de negocios que debes tener en cuenta:
- Limpian mi historial. Estas empresas no tienen la capacidad o validez para injerir en el Buró de Crédito
- Trabajan de la mano de los bancos. Las instituciones tienen su propia área de cobranza que ofrece soluciones a los usuarios
- Condusef te respalda. No están reguladas por nadie ni contempladas por la ley.
FP