El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) volvió a lanzarse en contra de lo que describió como la clase media del país, haciendo un llamado para su renovación.
El mandatario arrancó su “mañanera” del lunes con varios minutos de monólogo acerca de la clase media del país, a la que caracterizó como “muy individualista, muy egoísta” en respuesta a los resultados de las elecciones intermedias, en los que Morena perdió parte de su terreno en la Cámara de Diputados y varias de las alcaldías en la Ciudad de México.
AMLO despotricó en contra de este segmento de la población, haciendo un llamado para la cristalización de una “nueva clase media” que estaría constituida, en teoría, por los hogares sacados de la pobreza por sus programas sociales.
“Sí queremos una clase media, desde luego. Queremos sacar de la pobreza a millones de mexicanos para constituir una nueva clase media más humana, más fraterna, más solidaria”, dijo.
López Obrador llegó a Palacio Nacional con mucho apoyo popular y con un discurso de combate a la pobreza, el cual ha intentado concretar en su primer trienio con la creación y expansión de programas sociales de transferencias de recursos, de creación de empleo y de becas.
El camino, sin embargo, ha sido escabroso para el presidente. Comenzó el sexenio tropezando con un período de estancamiento económico. La pandemia del COVID-19 estalló en su segundo año, en el que se desató una tormenta económica sin precedente de la que el país todavía no se recupera. Las proyecciones son positivas para México 2021, pero los analistas temen que el paso de su recuperación económica se debilite mucho al mediano plazo.
El presidente mantiene sus altos niveles de popularidad a pesar de ser una figura controvertida. Sin embargo, estos fluctúan de manera importante, dependiendo de la situación. Según la más reciente encuesta del diario El Economista, el nivel de desaprobación de López Obrador en mayo de 2021 (un mes antes de las elecciones) era de 43%, considerablemente por encima de cuando tomó las riendas del país a finales de 2018 (35%), pero por debajo de cuando estalló la pandemia del COVID-19 (alrededor de 49%).
A pesar de que sus palabras suelen estar dirigidas a los sectores populares, los analistas consideran que fue la clase media la que le dio el voto decisivo en los comicios de 2018. En 2021, según el análisis del mismo López Obrador, este segmento de la población lo habría abandonado, afectado por lo que describió como campañas de desprestigio.
“Sostengo que fue muy fuerte la campaña de manipulación, la guerra sucia”, dijo.
Las elecciones intermedias fueron agridulces para AMLO y el movimiento de la Cuarta Transformación, constituido por Morena y sus partidos aliados (PES, PT y PVEM). Ganaron mucho terreno en gobiernos estatales y municipales, pero cedieron curules en San Lázaro y perdieron prácticamente la mitad de la Ciudad de México.
El presidente y sus partidarios siguen perfilándose como los favoritos rumbo a las elecciones de 2024, pero el camino ya no parece tan despejado.
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