“Llegó la hora cero de la nueva República”, fue el mensaje con el que Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados, decretó la instalación de la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión, frente a 401 de los 500 diputados y sólo 87 de 128 senadores, que asistieron a la ceremonia.Una vez que se inició la sesión, el presidente del Congreso General dio por inaugurada la Legislatura, tras lo cual declaró un receso para recibir el Sexto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Tras recibir el documento de manos del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, reanudó la sesión en la que los grupos parlamentarios expresaron sus posicionamientos rumbo al inicio de los trabajos en ambas Cámaras. En su discurso inaugural, Muñoz Ledo puntualizó que la tarea de este Congreso será reconstruir las instituciones nacionales conforme principios de austeridad, honestidad, transparencia y rendición de cuentas; además de hacer que la tarea legislativa sea “motivo de honor y no de vergüenza”. A la par, dijo que no ha habido conformación similar a la de este Congreso en el México moderno y comparó el legislativo elegido el primero de julio pasado, con el constituyente de Apatzingán, que formó la Constitución de 1824.
“Iniciamos un régimen distinto. Basado en la búsqueda incansable del consenso. Deseamos llevar al país a un estado superior de convivencia social y pleno ejercicio de la sobernaía popular. La reconciliación es un método para construir juntos pero no un refugio para olvidar”, agregó Muñoz Ledo, para luego dar paso a los discursos de los grupos parlamentarios.
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