En las últimas horas, mercados financieros internacionales se han referido, de forma relevante, a los bonos AT1 (Capital Adicional de Nivel 1), también conocidos como bonos contingentes convertibles (CoCos). Ello, debido a que UBS acordó la adquisición de Credit Suisse en bonos de este tipo.
Para esta operación, más de 17,000 millones de dólares en bonos (AT1) de Credit Suisse valdrán cero, por orden de la Autoridad Suiza Supervisora del Mercado Financiero (FINMA) para dar pie al rescate.
El acuerdo con USB determina que los tenedores de bonos AT1 de Credit Suisse no recibirán nada, en tanto que los accionistas -que suelen estar detrás los tenedores de bonos en el orden de pago cuando un banco o una empresa se hunden- obtendrán 3,230 millones de dólares.
Pero ¿Qué son los bonos AT1?
Las emisiones de bonos AT1 surgieron tras lacrisis financiera del 2009, la cual trajo consigo cambios en la regulación bancaria y nuevas formas de financiamiento. Con ellas, se pretendía ayudar a los bancos en sus razones de deuda sobre capital y en la presión que podría llegar a tener la deuda y los tenedores de bonos en caso de crisis.
De acuerdo con BBVA, los bonos contingentes convertibles son emisiones híbridas con características de deuda (pagan un interés al inversor) y capital (tienen capacidad de absorción de pérdidas).
Como su nombre lo dice, pueden convertirse de bonos a capital y contingentes, aunque sólo si se dan determinadas condiciones -incluidas en el folleto de emisión-, como cuando el capital de un banco cae debajo de un nivel predeterminado. De hecho, estas emisiones están dirigidas solamente a inversores institucionales.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE, apuntó que cuando lo anterior sucede, el bono AT1 pasa a formar parte del capital, “pero al bajar el valor del capital el precio del bono baja, inclusive llegando a un valor de 0”.
“Este mecanismo de absorción de pérdida es clave al diferenciar los AT1 del resto de los bonos e implica que los AT1 son más riesgosos, por lo que pagan un mayor rendimiento”, explicó.
La economista añadió que, con la disminución en el capital de algunos bancos y la erosión de valor de los AT1, se reduce la posibilidad de emisión de nuevos AT1 para los bancos, aunque éstas pueden hacerse “con un rendimiento mucho más alto para compensar el riesgo de evaporación de valor sin posibilidad de reclamo”.
“La dificultad de emisión y el mayor costo de financiamiento para bancos trae consigo una menor cantidad de dinero para prestar, que se traduce en menor otorgamiento de crédito con un mayor costo”, abundó Siller.
Consecuencias:
En relación a la adquisición de Credit Suisse en bonos AT1, la especialista resaltó que podría generar menor movimiento en la economía global, con la posibilidad que Estados Unidos caiga en una recesión moderada este año.
Igualmente, disminuiría las utilidades o provocaría pérdidas para bancos en el mundo, que podría llevar a una reconfiguración de la banca al comprar unos bancos a otros.
A ello se añadiría una mayor desconfianza sobre el sistema financiero global que puede dificultar la cooperación entre los bancos en el futuro, después que esta crisis pase.
También está el riesgo a una mayor y más larga duración en la intervención de los bancos centrales para tratar de evitar una crisis sistémica en sus economías.
“Para México no se espera una crisis en la banca, pues la regulación es más estricta. Sin embargo, no se descarta que con el menor financiamiento disponible, la mayor desconfianza y la posible reconfiguración de la banca a nivel global, se den efectos sobre el crédito disponible y la actividad económica.
“Esto dependerá de que tan fuerte sea el golpe sobre Estados Unidos y esto está por verse”, dijo Siller.
En ese sentido, la experta acentuó que la Reserva federal (Fed) tiene la más difícil encrucijada de su vida, pues deberá definir entre seguir combatiendo la alta inflación y evitar más pérdidas no realizadas de portafolios de largo plazo en bancos
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