La mezcla mexicana de exportación cotizó en 115.66 dólares por barril, su mayor nivel desde marzo de 2012, lo que se debe al entorno de creciente inquietud sobre el suministro a raíz de la guerra en Ucrania que podría derivar, según los analistas, en “consecuencias económicas severas”.
El Brent, por su parte, se vendía al cierre en 123.21 dólares por barril y el Texas en 119.40 dólares. Además, el precio del barril de crudo de referencia en Europa para entrega en mayo se disparó, pues en la apertura avanzó 12.25% en el mercado de futuros de Londres, superando los 130 dólares por barril, y terminó en 139.13 dólares, máximos no vistos desde 2008.
Este último repunte de precios se produce después de que Estados Unidos revelara el fin de semana que valora con la Unión Europea imponer un veto a la importación de petróleo procedente de Rusia, otro de los intentos por asfixiar la economía de ese país en represalia por sus ataques a Ucrania.
De acuerdo con el analista Neil Wilson, de Markets.com, el Brent alcanzó el pico de 139.13 dólares durante la noche “tras indicar Estados Unidos que mantiene conversaciones activas con sus socios europeos acerca de sancionar las exportaciones de energía de Rusia”.
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Ese analista observó que “era solo una cuestión de tiempo que se llegara al punto de prohibir el petróleo y el gas rusos debido a la escalada del conflicto”.
“Si miramos hacia el futuro, si hay una sanción, ¿cómo vuelves atrás? Eso implicaría repercusiones durante más tiempo y precios más elevados”, comentó el experto, que observó que “ya estamos experimentando un shock enorme del petróleo que resonará durante años”.
Por su parte, Craig Erlam, de la plataforma digital de inversiones OANDA, dijo a la agencia EFE que “la amenaza de sanciones contra el petróleo ruso por parte de Estados Unidos y quizás de Europa en algún momento futuro” son los factores que explican “el enorme repunte en los precios del petróleo.
“Rusia es uno de los mayores productores y exportadores de petróleo del mundo y Europa es un mercado particularmente grande”, reflexiona ese experto, quien considera que “la pérdida de ese mercado será un varapalo enorme para los productores de crudo rusos, al tiempo que crean una demanda gigante para el petróleo no ruso”.
Según agrega Erlam, esa situación derivará “en precios mucho más elevados, al menos en el corto plazo, y es por esto por lo que Europa es, comprensiblemente, tan cautelosa, pues las consecuencias económicas serán severas”.
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También ha influido que el Gobierno ruso haya planteado a Estados Unidos “exigencias de última hora” en el “casi finalizado acuerdo nuclear con Irán”, según otro analista de OANDA, Jeffrey Halley.
Para ese experto, tampoco hay “mucha capacidad” dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios para aumentar su producción de manera inmediata, aunque sí tendrían potencial para bombear Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
La subida de los precios, debida en parte a la dependencia de muchos países del petróleo ruso, relegará a un segundo plano de momento “la transición energética” hacia fuentes renovables y, a corto plazo, tendrán que promoverse, dice, “la energía nuclear, el carbón, el esquisto y el gas”.
Precisamente los primeros ministros del Reino Unido, Boris Johnson, y Países Bajos, Mark Rutte, coincidieron este lunes en que la reducción de la dependencia de los hidrocarburos rusos debe hacerse “paso a paso”, en lugar de con un veto inmediato a todas las importaciones.
“No podemos simplemente dejar de utilizar el petróleo y el gas de la noche a la mañana, incluido el de Rusia”, afirmó Johnson en una rueda de prensa conjunta en Londres con Rutte y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Rusia representó alrededor de 45% de las importaciones de gas de la Unión Europea en 2021 y casi 40% de su consumo total de gas.
(Con información de EFE9
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