Esta semana se anunció a los ganadores del Premio Nobel de Economía, Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson, en reconocimiento a su trabajo sobre el impacto de las instituciones en el desarrollo económico. Los investigadores han demostrado cómo las instituciones inclusivas promueven el crecimiento, mientras que las extractivas lo limitan.

Sin embargo, Acemoglu y Johnson han ido más allá de su conocido análisis institucional, y han comenzado a explorar el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la economía y la sociedad, un tema de creciente importancia.

A continuación, presento una síntesis de tres investigaciones recientes en las que estos académicos analizan los efectos de la IA desde diferentes ángulos, revelando tanto sus oportunidades como los desafíos que plantea.

I. El impacto de la IA generativa en las desigualdades socioeconómicas y la formulación de políticas

En su estudio “The Impact of Generative Artificial Intelligence on Socioeconomic Inequalities and Policy Making” (2024), Acemoglu y sus coautores exploran cómo la IA generativa puede tanto agravar como reducir las desigualdades actuales. Identifican tres áreas clave:

  • Trabajo: La IA puede aumentar la productividad y generar empleos, pero es probable que los beneficios no se distribuyan equitativamente, favoreciendo a los sectores más tecnológicos.
  • Educación: Ofrece aprendizaje personalizado, pero puede ampliar la brecha digital entre quienes tienen acceso a estas herramientas y quienes no.
  • Salud: La IA puede mejorar los diagnósticos y la accesibilidad, aunque también corre el riesgo de profundizar las desigualdades en los sistemas de salud.

El estudio concluye que una colaboración interdisciplinaria y regulaciones robustas son esenciales para maximizar los beneficios de la IA y mitigar sus efectos negativos.

II. Aprendiendo de Ricardo y Thompson: Maquinaria y trabajo en la Revolución Industrial y la era de la IA

En la investigación “Learning From Ricardo and Thompson: Machinery and Labor in the Early Industrial Revolution and in the Age of Artificial Intelligence (2024), Acemoglu y Johnson comparan los efectos de la automatización durante la Revolución Industrial con los de la IA en la actualidad. Utilizan el ejemplo de la industria textil británica, donde la mecanización incrementó la productividad sin mejorar los salarios de los trabajadores por muchos años.

Hoy en día, la IA podría generar un escenario similar si se utiliza únicamente para aumentar la productividad total, sin mejorar las condiciones laborales. Sin embargo, si se acompaña de nuevas tareas que eleven la productividad marginal de los trabajadores, los beneficios podrían ser más equitativos.

III. La macroeconomía simple de la IA

En “The Simple Macroeconomics of AI” (2024), Acemoglu examina el impacto macroeconómico de la IA, argumentando que sus efectos sobre la productividad total de los factores (PTF) serán modestos en los próximos 10 años. Aunque la IA puede mejorar tareas simples, las tareas más complejas siguen siendo difíciles de automatizar.

Además, la IA podría aumentar la desigualdad al ampliar la brecha entre los ingresos del capital y el trabajo. Aunque mejora la productividad de los trabajadores con menos habilidades, es poco probable que reduzca la desigualdad de ingresos. Peor aún, algunos de los nuevos trabajos creados por la IA podrían tener un valor social negativo, como los relacionados con crear algoritmos para influir o manipular el comportamiento en línea.

Conclusión: El impacto transformador de la IA y el papel de las políticas públicas

Las investigaciones de Acemoglu y Johnson subrayan que la IA tiene un gran potencial para transformar la economía, pero también presenta riesgos, especialmente en términos de desigualdad. El impacto de la IA depende de cómo se implemente y se regule. 

Es vital que los gobiernos trabajen de manera conjunta para desarrollar políticas públicas que maximicen los beneficios de la IA y eviten que se convierta en un motor de desigualdad. Solo mediante un enfoque proactivo y colaborativo se logrará que la IA contribuya al progreso de manera inclusiva y equitativa.

Nota: este artículo fue redactado utilizando de apoyo inteligencia artificial generativa.

¡La vida es mejor con datos!  

Por Luis Federico Puente

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