A fin de presionar a General Motors y Ford para alcanzar un acuerdo sobre un nuevo contrato colectivo de trabajo, el sindicato United Auto Workers (UAW) amplió su huelga en plantas de Detroit, la ciudad más grande del estado de Michigan.
De esta forma, el sindicato escala el movimiento que ya afecta la producción en plantas de General Motors, Ford y Stellantis en 20 estados, y el cual comenzó el pasado 15 de septiembre con el paro de labores en Misuri, Ohio y Michigan. El 22 de septiembre se añadieron plantas a dicha pausa.
Fuentes familiarizadas con el tema dijeron a Reuters que los planes son fluidos y podrían cambiar en cualquier momento.
Según la agencia, la ampliación de la huelga de hoy incluye a 7,000 empleados, con lo que ya son 25,000 las personas en paro. La cifra es equivalente a 17% de los 146,000 trabajadores que integran dicho sindicato.
Cabe mencionar que mientras se extendía la huelga, Jim Farley, director ejecutivo de Ford Motor, señaló que los líderes sindicales están retrasando el acuerdo laboral por diferencias respecto a salarios y beneficios en las nuevas plantas de baterías para vehículos eléctricos, que aún no han comenzado a producir.
En sus declaraciones, el directivo acusó al sindicato de mantener a la empresa como “rehén”, con demandas que “podrían tener un impacto devastador en el negocio”.
Agregó que la decisión de ampliar la huelga también amenazaba miles de puestos de trabajo de proveedores, quienes están “en el filo de la navaja”.
En respuesta, el presidente de la UAW, Shawn Fain, dijo que no sabía “por qué Jim Farley miente sobre el estado de las negociaciones”.
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“Podría deberse a que no se presentó a las negociaciones esta semana, como lo ha hecho durante la mayor parte de las últimas diez semanas”, comentó en un comunicado.
Al inicio de la huelga, el sindicato amenazó con un paro de labores general simultáneo para hacer presión. Advirtió que mantendrá la estrategia de las huelgas selectivas en distintas plantas, por lo que el paro aumentará a medida que se prolonguen las negociaciones.
El paro de labores se produce debido a que el sindicato de trabajadores y las tres compañías no llegaron a un acuerdo para la firma de un nuevo contrato colectivo, que se negociaba desde julio. Según la agrupación de trabajadores, las compañías “no negociaron de buena fe”.
En las discusiones, la fuerza laboral propuso que se estableciera un aumento salarial de 46% en cuatro años, además de la reducción de la jornada laboral y la sindicalización de los trabajadores de las fábricas de producción de baterías.
Igualmente, exigió que se retomaran las pensiones tradicionales.
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