La inflación de septiembre en Estados Unidos se ubicó en una tasa anual de 3.7%, con lo que hiló tres meses consecutivos de incrementos. En agosto subió a 3.67% anual, por arriba del 3.0% de julio y del 2.97% de junio
Lo anterior, después de doce meses consecutivos de tendencia a la baja y luego de que se alcanzara un mínimo en junio.
A tasa mensual, la inflación se ubicó en 0.40%, por encima de la expectativa de 0.31%. Lo que se explica principalmente por las alzas de 1.52% en el componente de energía y de 0.65% en el de vivienda.
Grupo Financiero Monex resaltó que estos datos dejan ver “un complejo horizonte de riesgos”.
De acuerdo con el Buró de Estadísticas Laborales (BLS por sus siglas en inglés), la inflación subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, fue de 0.32% mensual y, aunque no varió mucho respecto a los pronósticos, “es una cifra incómoda para la convergencia con los objetivos de política monetaria de la Reserva Federal (Fed).
“Creemos que la Fed seguirá señalando la posibilidad de un nuevo incremento a la tasa en su reunión de noviembre”, señaló Monex.
En su comparación anual, el rubro subyacente se ubicó en 4.1%, en línea con la expectativa del mercado, ligando seis meses consecutivos de desaceleración y ubicándose en su menor nivel desde septiembre del 2021 (4.0%).
Para Grupo Financiero Monex, el reporte de hoy no es desastroso, pero no ayuda para eliminar las preocupaciones respecto de un posible estancamiento de la inflación en niveles elevados.
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“Precisamente, a partir de las dinámicas observadas creemos que la inflación ha llegado a un nivel de equilibrio del que será difícil descender aceleradamente y es muy probable que los resultados sigan oscilando entre 3.4% y 3.7% anual durante los próximos seis meses”.
Lo anterior, abundó, constituye un amplio frente de vulnerabilidad ante la posibilidad de que los conflictos bélicos que actualmente están en marcha generen nuevas disrupciones en el suministro de bienes y servicios.
“Consideramos que los bancos centrales alrededor del mundo extremarán la cautela y, en el caso de Estados Unidos, seguirán contemplando la posibilidad de fortalecer más la postura restrictiva”, concluyó.

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