La campaña militar de Rusia en Ucrania cumple hoy cinco meses y se ha convertido contra todo pronóstico inicial en una extenuante lucha de desgaste, debido a la resistencia de Ucrania, apoyada por Occidente, en la que de momento no se perfila un vencedor.

Apenas este viernes se alcanzó un acuerdo que permitió desbloquear el puerto de Odesa, en el mar Negro, en aras de poder sacar las exportaciones ucranianas de granos, materias primas con alta demanda en Europa y otras partes del mundo, y que no podían comercializarse por la guerra.

Sin embargo, ayer mismo, Rusia atacó con misiles el puerto de Odesa, no obstante las conversaciones con Ucrania, que fueron atestiguadas por Turquía y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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El ataque al puerto de Odesa suscitó la condena de gran parte de la comunidad internacional, incluida la del secretario general de la ONU, António Guterres.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, declaró que el ataque a Odesa “demuestra solo una cosa: da igual lo que Rusia prometa, siempre encontrará una manera de no cumplirlo”.

En un videomensaje a la población, el mandatario ucraniano afirmó que estos cinco meses de guerra el país ha recibido un “apoyo tan grande del mundo democrático al que Rusia no puede contraponer nada”.

“Llegará el día en que los misiles perderán todo sentido para los ocupantes. Ahora se consigue abatir parte de los cohetes. El objetivo es abatirlos todos”, dijo.

Zelenski aseguró que el gobierno ucraniano hará “todo necesario para obtener sistemas de defensa antiaérea modernos y eficaces” para proteger todo el territorio del país.

Sin avances significativos de Rusia y Ucrania

Según el Estado Mayor General de Ucrania, tras los avances de las tropas rusas que en las últimas semanas les permitieron controlar prácticamente la totalidad de la región oriental, la situación en los frentes se ha estabilizado.

El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó indirectamente esa evaluación en su parte de hoy, en el que se limita a informar de acciones de la aviación y de ataques con misiles y fuego de artillería contra posiciones de las tropas ucranianas, sin mencionar avance alguno de sus fuerzas de tierra.

El portavoz de esa cartera, general Ígor Konashénkov, informó en su comparecencia de prensa diaria que, en las últimas 24 horas, fueron destruidos un total de nueve puestos de mando de las fuerzas ucranianas de Lugansk, así como siete depósitos de pertrechos y combustible en distintas regiones de Ucrania.

Mientras tanto, Ucrania continuó hoy los ataques en el sur contra un puente de importancia estratégica para la logística de Jersón, capital de región homónima, situada en la margen izquierda del río y bajo el control de la tropas rusas desde marzo pasado.

Según el estadounidense Instituto de Estudio de la Guerra (ISW), las tropas ucranianas están preparando o ya han comenzado una contraofensiva en la región de Jersón, donde controlan varias localidades.

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El pasado 19 junio, Zelenski señaló que la liberación de Jersón es un objetivo clave de las Fuerzas Armadas en el sur del país, y desde entonces las autoridades de Kiev llaman a la población de la región a evacuarse o a preparar refugios de cara a una contraofensiva ucraniana.

“Hoy por la mañana, con precisión quirúrgica como siempre, las Fuerzas Armadas de Ucrania atacaron el puente de Darievska, sobre río Inhulets. Es la continuación de la operación para cortar los suministros de agrupación militar rusa en Jersón”, escribió en Facebook Sergey Jlan, consejero de la administración regional.

GC