La Oficina de Estadísticas Laborales (BEA) de Estados Unidos informó que, en el segundo trimestre del año, la economía estadounidense se contrajo 0.2% (0.9% trimestral anualizado). En el primer trimestre reportó una caída de 0.4% trimestral o 1.6% trimestral anualizado, por lo que cumple con el criterio informal de “recesión técnica”.
Este diagnóstico, sin embargo, no es compartido con el Gobierno estadounidense, que no cree que el país se encuentre en un escenario de recesión dada la “robustez” de su economía.
De acuerdo con la BEA la contracción del producto interno bruto (PIB) de EU se debe a la elevada inflación, los problemas en la cadena de suministros por la pandemia del Covid-19 y la guerra en Ucrania y el aumento de las tasas de interés.
Asimismo, se registraron disminuciones en la inversión privada, en el inmobiliario (residencial y no residencial), en el gasto de los gobiernos federal, estatal y local, que fueron compensadas en parte por aumentos en las exportaciones y el gasto del consumidor. Las importaciones, que son una resta en el cálculo del PIB, aumentaron.
Como elemento positivo, resaltó la fortaleza del empleo.
Cabe mencionar que el mercado estimaba un crecimiento moderado de 0.5%, y, con este resultado, se afianzan las apuestas de aumentos más graduales de la tasa de los fondos federales por parte de la Reserva Federal (Fed), lo que está incrementando el apetito de los inversionistas por instrumentos de riesgo ante una reducción más paulatina de la liquidez mundial.
El dato se conoce un día después de que la Fed subió en 0.75 puntos su tasa de interés por segundo mes consecutivo y no descartara otro aumento “inusualmente alto” en septiembre, si la inflación continúa subiendo. En junio, la inflación se situó en 9.1%.
El pasado martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus previsiones y calculó que la economía estadounidense crecerá 2.3% este año y 1% el que viene, estimaciones que reducen en 1.4 y 1.3 puntos, respectivamente, las de abril.
La institución aseguró que aunque no prevé que la economía estadounidense entre en recesión este año y en 2023, un “pequeño shock podría ser suficiente” para llevarla a ese escenario.
La víspera, Jared Bernstein, uno de los asesores económicos del presidente estadounidense, Joe Biden, aseveró que la recesión es un concepto que tiene en cuenta muchos factores.
“La idea de recesión está definida por los economistas como una bajada de la actividad económica amplía y persistente. No es necesariamente dos trimestres de bajada del PIB, especialmente si esas bajadas son leves”, expuso el funcionario.
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