“El mundo se enfrenta a muchos impactos del cambio climático que ponen en peligro su vida, por lo que el hecho de que alguien tenga que pagar un poco más por beber cerveza parece trivial”, sostiene uno de los coautores del trabajo, Steven Davis, de la Universidad de California.No obstante, recuerda, la cerveza tiene “un fuerte atractivo intercultural” y no poder tomarse una “cerveza fría después de días cada vez más calurosos empeora las cosas”. LP