El viernes de esta semana se publica el crecimiento del PIB del segundo trimestre del año, el cual se espera que muestre una desaceleración en la economía en términos anuales y una caída, respecto al trimestre anterior, incrementando la probabilidad de inicio de una recesión económica. Con la publicación del PIB se espera también que los pronósticos de crecimiento para este año sean ajustados a la baja, si el crecimiento del segundo trimestre resulta ser menor a 2.3 %. Antes del dato del PIB se publicará el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que permite conocer y dar seguimiento a la evolución de la economía real en el corto plazo. Con datos disponibles al mes de abril (el último dato disponible), las cifras del IGAE ya mostraban un deterioro de las condiciones de crecimiento. En su comparación mensual, el IGAE registró una caída de 1.21 % durante abril, su mayor retroceso mensual desde el primero de enero de 2009, cuando la gran recesión se encontraba en su peor punto. Separando al IGAE por actividades económicas, las actividades secundarias mostraron un retroceso mensual de 0.69 % durante abril, cayendo en 6 de los últimos 7 meses a una tasa mensual promedio de 0.17 %, en donde destaca la caída en las actividades manufactureras a una tasa mensual de 0.66 %. Sin embargo, las actividades terciarias fueron el grupo más crítico ya que cayeron a una tasa mensual de 1.42 %, luego de ocho meses consecutivos al alza, siendo esta su mayor caída mensual también desde enero de 2009. Por su parte, el sistema de indicadores cíclicos del Inegi muestra una realidad más cruda de la economía ya que el indicador coincidente del mes de abril se colocó por debajo de su línea de tendencia en 99.83 puntos, acumulando ocho meses a la baja y cuatro meses por debajo de su tendencia de largo plazo. El indicador adelantado, por su parte, se colocó en 99.32 puntos, acumulando veinte meses a la baja y ocho meses por debajo de su tendencia de largo plazo. De acuerdo al reloj de los ciclos económicos de México, tanto el indicador adelantado como el indicador coincidente al mes de abril se ubican por debajo de la línea de tendencia y muestran una tendencia decreciente, lo cual implica una recesión de acuerdo a la definición del sistema de indicadores cíclicos. Es importante señalar que esto no es equivalente a una recesión económica, para lo cual sería necesario observar dos caídas consecutivas trimestrales del PIB. Sin embargo, los datos no mienten y muestran una realidad poco favorable de México, la cual seguramente se confirmará con el dato del PIB de este viernes. Además del menor crecimiento económico, se han incrementado los riesgos sobre la economía mexicana, lo cual se hace evidente con la caída en las exportaciones y el incremento en el déficit en cuenta corriente, que de acuerdo a Banco de México, podría magnificarse por los bajos precios del petróleo y las posibles reducciones adicionales en la extracción de petróleo. Con esto, el tipo de cambio puede mostrar presiones al alza desde el punto de vista fundamental, por lo cual podría ser necesario subir la tasa de referencia para modificar los patrones de consumo que ejercen presión sobre la cuenta corriente, aunque con un costo para la demanda agregada.