En los últimos días, el tipo de cambio alcanzó un máximo histórico de 19.44 pesos por dólar en cotizaciones interbancarias a la venta, como consecuencia de caídas en el precio del petróleo y aversión al riesgo de los inversionistas. El peso ha sido la moneda más depreciada entre los principales cruces del dólar, y la volatilidad observada durante este mes es similar a la de noviembre 2008, cuando iniciaba la crisis financiera de Estados Unidos. Un dólar caro tiene varios efectos sobre la economía. En primer lugar, se da una sustitución de importaciones, favoreciendo al consumo interno, el cual se espera también se incremente como consecuencia del mayor poder adquisitivo de aquellos que en México reciben remesas del exterior. El mayor consumo, se espera, genere un alza en los precios de los productos nacionales, y las mercancías importadas también subirán de precio, debido a la depreciación del peso. Así, es altamente probable que la inflación empiece a subir, situándose por arriba de 3 %. La inflación no captura los precios de todos los productos, por lo que hay una parte de la población que enfrenta ya una mayor inflación por el consumo de productos importados. Asimismo, debido a la rapidez con la que sube el tipo de cambio, se puede llegar a observar una dolarización en algunos sectores, como el inmobiliario y el turismo. Podría parecer un efecto positivo el incremento en el consumo interno, pero al ser motivado por la depreciación del peso, genera una disminución en el bienestar de quienes se ven “obligados” a elegir ahora entre un menor número de productos. Por otro lado, la volatilidad cambiaria genera un mayor riesgo país y éste, al ser una medida de diferencial de tasa de interés de bonos soberanos, jala hacia arriba otras tasas de la economía. De hecho se especula que el Banco de México (Banxico) podría subir su tasa de referencia antes que la FED como medida para detener una posible salida capitales y frenar (aunque sea un poco) la volatilidad. Si Banxico sube su tasa, subirá también la TIIE, desincentivando la toma de créditos y especialmente afectando a la inversión en maquinaria y equipo. Otro efecto es que con las depreciaciones, las empresas importadoras pueden verse en problemas para cumplir con sus obligaciones si no tomaron coberturas cambiarias. Y es que no es sólo un dólar caro lo que afecta a los consumidores y empresas, sino una alta volatilidad, que dificulta la planeación de largo plazo por el escenario incierto. Economista en Jefe. Análisis Económico Banco BASE