Todos los factores adversos posibles para el 2016 se han materializado durante los primeros días hábiles del mismo. La desaceleración económica de China que se consideraba, estaba controlada, parece convertirse en una crisis que afecta al mercado de capitales y que podría tener más repercusiones sobre su sistema financiero en los próximos meses. Por otra parte, el Banco Mundial ajustó a la baja su expectativa de crecimiento económico global para 2016, pasando de 3.3 % a 2.9 %. En este escenario, los precios de los commodities continuaron cayendo, con los precios del petróleo bajando a mínimos desde 2004. La aversión al riesgo también se derivó del reciente conflicto entre Irán y Arabia Saudita y por el supuesto ensayo nuclear de Corea del Norte. Lo anterior provocó importantes pérdidas para los mercados de capitales a nivel global y en caídas para la mayoría de las divisas frente al dólar. En México, el tipo de cambio alcanzó un nuevo máximo histórico de 18 pesos por dólar, nivel que no obedece a fundamentales económicos internos, sino a corridas en posiciones de inversión que se refugian en dólares ante tantos eventos adversos que no se espera se resuelvan en el corto plazo. Así, para el 2016 la perspectiva del tipo de cambio ha cambiado, en donde ahora se espera que muestre una tendencia al alza similar a la observada en 2015. Cabe destacar que una vez superada la barrera psicológica de los 18.00 pesos por dólar, se abre la posibilidad de que el tipo de cambio alcance cotizaciones cercanas a 20 pesos por dólar, sobre todo si la situación en China se convierte en una crisis generalizada y si el precio del WTI o Brent cae por debajo de los 30 dólares por barril, lo cual es posible cuando Irán entre al mercado exportador. No existe una fecha definida para la entrada de Irán, ya que desde el 2015 le retiraron las sanciones que le impedían exportar. Sin embargo, se estima que este país puede producir entre 1 y 3 millones de barriles diarios de petróleo, equivalente al 10 % de la oferta diaria de la OPEP. Por ahora, el sentimiento del mercado es reminiscente a la crisis del 2008, siendo ahora los factores centrales: la economía China y el precio del petróleo. No obstante, es importante recordar que México no está altamente correlacionada con China y sí con Estados Unidos que se espera cierre el 2016 con un crecimiento de 2.5 %. Por lo anterior, el PIB de México no se espera se vea significativamente afectado por la situación china, siempre y cuando el mercado laboral de EUA siga recuperándose. Así se mantiene sin cambios la previsión de crecimiento de México, en un rango entre 2.3 y 2.6 %, aun y cuando se espera que el mercado financiero (bolsa de valores, bonos y tipo de cambio) se siga viendo afectado. Cabe destacar que el principal riesgo para México sigue siendo una desestabilización del mercado financiero de Estados Unidos, la cual puede darse (con una bajísima probabilidad) si China vende de manera masiva los bonos del tesoro del que es tenedor. De manera interna se espera que Banxico siga los movimientos al alza de la Reserva Federal para evitar una salida de capitales y que continúen las subastas diarias de dólares.   Economista en Jefe. Análisis Económico Banco Base