Después de que en marzo y abril se observara una calma relativa en el mercado cambiario, en mayo se observó un regreso de la especulación en contra de las divisas de economías emergentes y a favor del dólar, en un escenario de aversión al riesgo similar al observado en las primeras semanas del año. Esta ocasión, el principal determinante de la debilidad del peso mexicano fue la posibilidad de que la Reserva Federal reanude su proceso de normalización de tasas de interés en junio. Asimismo, se redujo significativamente la correlación entre el tipo de cambio y los precios del petróleo. Al inicio del año, una caída de los precios del petróleo ocurría a la par de una depreciación del peso, por eso cuando el WTI tocó un mínimo desde 2003 de 26.05 dólares por barril el 11 de febrero, la paridad peso-dólar tocó un máximo histórico de 19.4448 pesos por dólar. No obstante, durante mayo, el WTI se recuperó 8.01 %, mientras que el peso se depreció 7.55 %, alcanzando un máximo en el mes de 18.59 pesos por dólar. De esta manera, en los siguientes meses, una recuperación del petróleo no necesariamente implicará una recuperación del peso, ya que los inversionistas siguen apostando en contra. Durante las primeras tres semanas de mayo, el mercado de futuros de Chicago mostró que las posturas netas a la espera de una depreciación del peso pasaron de -12,420 a -47,460 contratos, cada uno de 500 mil pesos, reflejando un incremento de 282.1 % en las apuestas en contra del peso. Cabe destacar que el debilitamiento de la moneda nacional ha sido más ordenado que en ocasiones anteriores, probablemente como resultado de la estrategia adoptada por las autoridades monetarias de México, que el pasado 17 de febrero sorprendieron al mercado con un incremento a la tasa de referencia (fuera de calendario) y la adopción de subastas discrecionales de dólares. Aunque no se ha vuelto a implementar ninguna medida fuera de calendario, los mercados han sido cautelosos de no llevar al tipo de cambio a niveles cercanos a 19.00 pesos por dólar en poco tiempo, ya que Banxico podría castigar, a través de una subasta o alza de tasas, a los inversionistas con posturas en dólares. Hacia la parte alta, el nivel de 18.60 pesos por dólar se convirtió en una resistencia difícil de superar, permitiendo que durante la segunda mitad de mayo, el tipo de cambio se mantuviera en un canal entre 18.40 y 18.50 pesos por dólar la mayor parte del tiempo. Por su parte, el rango de oscilación promedio diario, que fue de 22.7 y 23.01 centavos durante marzo y abril, cayó a 16.8 centavos durante la segunda quincena de mayo. Hacia delante, los riesgos para el peso son mayores. Al igual que en años pasados, la posibilidad de una salida de capitales nuevamente representa una amenaza para la estabilidad financiera de México, pero el riesgo no se limita a un incremento a la tasa de referencia. En mayo, Donald Trump, aspirante a la presidencia de Estados Unidos, se convirtió en el candidato virtual del Partido Republicano, lo cual se hará oficial en julio. Cabe recordar que Trump ha liderado una campaña con fundamento en un nacionalismo y proteccionismo no visto en décadas, cimentado en promesas como la deportación masiva de connacionales en Estados Unidos, la construcción de un muro fronterizo que argumenta será pagado por México y el rompimiento del TLCAN, para reanimar la actividad manufacturera de algunas regiones de Estados Unidos, que le darán su respaldo en las elecciones. Como consecuencia de la aversión al riesgo, generada por las elecciones en Estados Unidos y las consecuencias que esto puede tener sobre México, la tenencia de valores gubernamentales por extranjeros mostró una caída de 2.25 % o 45,799.7 millones de pesos, durante los primeros 19 días de mayo (último dato disponible). La caída en la tenencia de valores gubernamentales por parte de extranjeros puede ampliarse, presionando aún más al tipo de cambio.