La opción de meses sin intereses se convirtió en una de las estrategias de los mexicanos para afrontar sus gastos cotidianos, esto ante un entorno de recortes salariales y pérdida de empleo que generó la pandemia de Covid-19, además de la alta inflación que se vive en estos momentos.
Actualmente, 69 por ciento de las personas que tienen al menos una tarjeta de crédito piensa que los meses sin intereses es una opción atractiva inteligente para comprar.
Antes del impacto del coronavirus, es decir, en febrero de 2020, la cifra era de 59 por ciento, según el estudio “Compras a meses sin intereses” realizado por Paypal y la agencia Mandarina.
Esta situación se refleja en el aumento del monto promedio de compra, el cual pasó de mil 900 en 2020 a tres mil 500 pesos este año.
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“Existe un cambio radical en la percepción de los meses sin intereses, pues pasó de ser visto como un agobio al tener varios pagos diferidos en 2020 a ser identificado como una medida inteligente en la implementación de gasto”, expone el documento.
El esquema de pago de Meses Sin Intereses (MSI) representa un negocio jugoso para los comercios del país, pero para los usuarios puede ser el inicio de una gran deuda si no se administra bien.
De acuerdo con el estudio anterior del tema, más de 40 por ciento de las ventas en los establecimientos se genera a través de este mecanismo.
Para los consumidores es una “buena” herramienta para adquirir bienes o servicios de alto valor y sin descapitalizarse. Sin embargo, un esquema mal organizado puede acabar en una deuda impagable y el pago de millonarios intereses, comentó Daniel Urías, fundador de la plataforma Cooltura Financiera.
FP