Los mercados financieros de todo el mundo experimentaron hoy una fuerte volatilidad, con caídas significativas en los principales índices bursátiles, lo que se debió al alza en la tasa de interés del Banco de Japón y a la publicación datos económicos negativos, sobre todo en Estados Unidos.
Al ser una economía abierta y altamente integrada en las cadenas de valor globales, México es vulnerable a las fluctuaciones de los mercados internacionales, por lo que se verá afectado si éstos se desploman.
La volatilidad y la caída de mercados también pueden llevar a una menor demanda externa y a la reducción de la inversión y el consumo, lo que generaría una mayor desaceleración del crecimiento económico mundial y del país.
A su vez, un menor dinamismo del producto interno bruto (PIB) nacional puede traducirse en un aumento del desempleo, especialmente en sectores vinculados a la exportación y a la inversión.
Igualmente, la incertidumbre y la aversión al riesgo pueden generar una depreciación del peso frente al dólar, lo que encarece las importaciones y puede generar presiones inflacionarias.
A ello se suma que las empresas mexicanas pueden enfrentar mayores dificultades para acceder al financiamiento, ya que los inversionistas exigirán mayores rendimientos para compensar el mayor riesgo.
Hay que recordar que las instituciones financieras, ante un entorno de mayor riesgo, tienden a aumentar las tasas de interés, lo que encarece el acceso al crédito para la adquisición de vivienda, automóviles y otros bienes.
Por otro lado, una caída en los mercados financieros puede generar una salida de capitales de México, lo que debilita al peso frente a otras monedas y encarece las importaciones.
Asimismo, la incertidumbre económica generada por las caídas en los mercados puede llevar a los consumidores a posponer sus decisiones de compra, lo que afecta negativamente al crecimiento económico.
¿Cómo protegerse?
Si bien es difícil predecir las caídas de los mercados financieros, los consumidores mexicanos pueden tomar algunas medidas para mitigar sus efectos:
- Diversificar inversiones: No concentrar todos los ahorros en un solo activo o tipo de inversión.
- Contar con un fondo de emergencia: Ahorrar una cantidad de dinero equivalente a varios meses de gastos para hacer frente a imprevistos.
- Revisar deudas: Evaluar la posibilidad de consolidar o renegociar deudas para reducir los pagos mensuales.
- Informarse: Mantenerse informado sobre la situación económica y financiera tanto a nivel nacional como internacional.
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