Esta semana no será apta para cardiacos. A lo largo de los siguientes días, la constante en los mercados será la incertidumbre, en espera de saber si la amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a todas las importaciones mexicanas, se vuelve una realidad.
El peso y la bolsa mexicanos ya resintieron los primeros efectos. El viernes, el dólar interbancacio cerró en su mayor nivel del año, 19.6555 pesos, luego de que la moneda nacional se depreció 2.95 por ciento, su mayor caída en siete meses. La Bolsa Mexicana de Valores, de José Oriol Bosch, retrocedió 1.38 por ciento.
Es de esperarse que este comportamiento se extienda a lo largo de la semana, al menos hasta el miércoles, hasta no tener claro qué pasara con la nueva amenaza de Trump.
El mandatario estadounidense amagó con poner aranceles de 5 por ciento a los bienes que importan de México, y aumentar el castigo comercial a 25 por ciento, si el gobierno mexicano no frena la inmigración ilegal y el tránsito de drogas.
Hacer entender a Trump que un problema social no se resuelve con la imposición de impuestos no parece una tarea fácil, de hecho no lo es, pero si no se logra, las consecuencias pueden ser costosas, tanto para México como para Estados Unidos.
Así es que la tarea de cabildeo de la delegación mexicana, comandada por el canciller Marcelo Ebrard, no será nada sencilla. El miércoles, el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade; la secretaría de Economía, Graciela Márquez, y el secretario de Agricultura, Víctor Manuel Villalobos, entre otros, se reunirán con funcionarios estadounidenses, en Washington, para analizar el tema y proponer soluciones.
Pese a que Trump ya nos tiene acostumbrados a lanzar amenazas en su cuenta de Twitter, para muchos analistas esto es más serio de lo que parece, y todo parece indicar que sí echará a andar su macabra idea.
Sin duda, la economía se vería afectada si se concreta el plan de Trump, pues no olvidemos que 80 por ciento de las exportaciones del país tiene como destino Estados Unidos.
De acuerdo con Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, la aplicación de un arancel de 5 por ciento representa 18 mil millones de dólares de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos o 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país en un año. Los aranceles de 25 por ciento equivalen a 90 mil millones de dólares o 7 por ciento del PIB ¡Tremendos datos!
Estimaciones de José Luis de la Cruz, director del IDIC, apuntan a que esta situación quitaría al PIB entre 1 y 1.5 puntos porcentuales. “Si se aplican los aranceles, en este año, México no crecería más de uno por ciento y para 2020 podrías ver una caída de la economía, lo cual podría tener repercusiones en la calificación crediticia”.
Pero el impacto no solo sería para México. Los consumidores de Estados Unidos también se verán afectados, algo que, al parecer, a Trump le tiene sin cuidado.
El mismo Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, advirtió que, con estas medidas, los norteamericanos terminarán por pagar los platos rotos. Ojalá el mensaje le llegue al mandatario estadounidense y eche para atrás tan mala iniciativa, donde nadie gana y todos pierden. Insisto, esta semana no será apta para cardiacos.
En corto
HSBC, de Nuno Matos, quiere más mercado en los sectores automotriz e hipotecario. Recientemente lanzó el primer crédito de portabilidad automotriz en México. Con esta opción, los clientes de otros bancos podrán llevar su financiamiento a HSBC con una menor tasa, de 12.5 por ciento, una opción que podría beneficiar a 390 mil consumidores.
Pero eso no fue todo. Días después lanzó un producto que permite apartar las condiciones actuales de un crédito hipotecario que se desee ejercer hasta en un plazo máximo de 24 meses, una opción que si bien es para todos los clientes y no clientes, se enfoca especialmente a los llamados Millennials. Buenas opciones si entre sus planes está adquirir una vivienda o pagar menor por su auto.
Fernando Franco