La economía mexicana requiere generar al menos 100 mil empleos formales de manera mensual para satisfacer la demanda de la población que se suma al mercado laboral. En el primer semestre del año, esa meta quedó muy lejos de lograrse.

De enero a junio se formalizaron 306 mil 14 fuentes de trabajo, es decir, 51 mil por mes, según cifras reportadas por la Secretaría del Trabajo, de Luisa María Alcalde.

La desaceleración de la economía es la causa principal de este fenómeno, el cual parece que se extenderá en lo que resta del año.

La encuesta de expectativas que realiza el Banco de México, de Alejandro Díaz de León, entre especialistas del sector privado, estima que en este año se generarán apenas 450 mil empleos, 37 mil 500 por mes. Un panorama poco alentador que ya se refleja en las tasas de desocupación.

El INEGI, de Julio Santaella, dio a conocer las cifras de desempleo del primer semestre del año. Se estima que 2 millones de personas que buscaron trabajo no lograron tener éxito para encontrarlo. Prácticamente la mitad de estas personas tienen un nivel de estudios superior al de la secundaria.

Otro fenómeno donde se refleja la menor generación de empleo es en la llamada subocupación, la cual se define como la población que tiene una fuente de ingresos pero que asegura tener la necesidad y disponibilidad de encontrar un segundo trabajo.

A junio, 4.24 millones de personas aseguraron estar en esa situación, de las cuales 30.40 por ciento tiene un nivel de estudios medio superior y superior, es decir, de los más preparados.

Así podemos seguir mencionando cifras. Es innegable que la generación de empleo es una de las variables que más se ha visto afectada por la menor actividad económica. Ello tiene repercusiones adversas en el bienestar de la población y, por supuesto, en el consumo, el cual, si bien sigue creciendo, lo hace a menor velocidad.

En este sentido, la reducción de la tasa de interés por parte del Banco de México, de 8.25 a 8 por ciento, ayudará a incentivar la demanda de las familias mexicanas, pero no será de manera inmediata, pues su efecto tardará en reflejarse al menos seis meses.

Analistas esperan que la economía muestre un mayor dinamismo en la segunda mitad del año, pero no será suficiente para compensar toda esta cascada de datos que le mencioné. El tiempo lo dirá.

En corto

El viernes, el INEGI dará a conocer la cifra revisada del Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre de la economía. Hace unas semanas, informó que la economía creció apenas 0.1 por ciento, una cifra que fue suficiente para descartar, conceptualmente, la recesión en México.

No se espera que el dato publicado en los siguientes días se corrija a tal grado que pase a terreno negativo, pero ¿si sucede? Lo primero que veremos es: México sí entró en recesión. Estaremos atentos.

Fernando Franco