Colima se sumó a la lista de estados que restringirán la venta de comida chatarra a menores.

El Congreso de Colima aprobó el jueves una iniciativa que prohíbe la venta de alimentos chatarra en escuelas, añadiendo vapor a una tendencia que comenzó el año pasado con las legislaturas de Oaxaca y Tabasco.

La iniciativa aprobada por los legisladores colimenses efectuará cambios a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, con los que quedará prohibida la “autorización o permisión por parte de las autoridades para distribuir, regalar o suministrar a menores de edad, bebidas o alimentos de alto contenido calórico, azúcares, sodio o grasas, dentro de los planteles educativos públicos y privados de educación básica y media superior”.

También se prohibirá la “venta, distribución o exhibición” de este tipo de alimentos en escuelas.

Los malos hábitos alimenticios de la juventud mexicana -y del país en general- son un tema de conversación frecuente entre la población y funcionarios tanto locales como federales. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 colocó el asunto en primera plana, sobre todo por las intervenciones frecuentes del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y rostro de la federación en el combate a la pandemia, Hugo López-Gatell.

López-Gatell aprovechó varias de sus apariciones públicas para reiterar el daño que han causado los productos chatarra en la salud de los mexicanos. Llegó incluso a calificar a los refrescos como “veneno embotellado”.

Por más de una década, la diabetes, enfermedades cardiovasculares y otros problemas derivados o agravados por el consumo de este tipo de productos han representado cerca de la mitad de las muertes causadas año con año en el país. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares son la tercera y primera causa de muertes en el país, acumulando más de 200 defunciones entre ambas.

El subsecretario aplaudió al Congreso de Colima, señalando que la iniciativa podría servir de ejemplo para otros estados.

“Felicitamos al Congreso de Colima por haber tomado esta iniciativa. Consideramos que puede ser un modelo muy útil para otras legislaturas estatales”, declaró el jueves en conferencia de prensa vespertina.

El COVID-19 aceleró los intentos del gobierno federal y de autoridades locales por resolver lo que ha sido caracterizado como otra epidemia: la de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón agravadas o causadas por una mala alimentación.

A finales del año pasado se implementó el nuevo etiquetado frontal para alimentos y bebidas no alcohólicas. Los infames octágonos negros que exige la nueva norma mexicana (NOM-051) advierten al consumidor sobre altos contenidos de azúcares, sodio, grasas y otros componentes potencialmente dañinos para la salud.

El año pasado, las legislaturas de Oaxaca y Tabasco prohibieron la venta de comida chatarra a menores de edad, tanto en escuelas como fuera de ellas. Otros estados, incluyendo la capital, dijeron entonces estar considerando legislación similar.

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