Hay dudas sobre si la situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex) le permitiría operar exitosamente el campo Zama.

Arturo Carranza Guereca, analista especializado en el sector energético, subrayó los muchos lastres que pesan sobre las finanzas de Pemex -y, por extensión, del gobierno federal-, argumentando que estos generan preguntas pertinentes sobre si la petrolera del Estado está en condiciones de manejar por sí sola el mega yacimiento de Zama.

“Probablemente la respuesta no sea positiva”, apuntó en entrevista para la cadena CNN en Español.

Zama contiene uno de los yacimientos de petróleo más grandes descubiertos en suelo mexicano en la última década. El pozo fue destapado por la estadounidense Talos Energy, pero parte del yacimiento se encuentra de una de las zonas contractuales operadas por Pemex, generando una controversia que tardó años en resolverse.

La Secretaría de Energía (Sener) entregó el campo a Pemex la semana pasada, echando para atrás la operación compartida que se tenía contemplada hace apenas unos meses y bajo el argumento que la petrolera cuenta con la capacidad para manejar el proyecto sin ayuda. Talos reclamó la decisión amenazando con ampararse e incluso con apelar a la letra del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La entrega del campo Zama a Pemex fue mal recibida por la iniciativa privada, pero no es novedad dentro de la política energética de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Desde que llegó a Palacio Nacional, el presidente se encomendó la misión de “rescatar” a Pemex, meta que intenta cumplir con modificaciones al marco legal del sector, movidas regulatorias que benefician a la petrolera estatal y mucho apoyo directo (inyecciones de capital) e indirecto (alivios fiscales).

En su comentario, Arturo Carranza cuestionó esta estrategia por las presiones que ejercería sobre las finanzas públicas, que cargan ya con varios lastres, con Pemex contándose, según analistas, como uno de los más grandes y riesgosos.

Cabe recordar que Pemex es la petrolera estatal más endeudada del mundo. Además, no ha podido recuperarse de la prolongada caída en su producción, a lo que se suma una herida profunda dejada por la pandemia del COVID-19 en la economía tanto mexicana como global.

Por lo mismo, subrayó la cuestión de si la petrolera estatal está condiciones de cargar con el peso de las operaciones no sólo del campo Zama, sino de la amplia gama de actividades que realiza en el mercado de hidrocarburos.

“Dada la complejidad de la situación actual de Pemex, y en función de todos los problemas que aquejan a esta importante empresa, no hay el capital suficiente o las inversiones necesarias para operar de manera eficiente todas las actividades que Pemex tiene a lo largo de la cadena de valor de hidrocarburos”, apuntó.

El analista recomendó que Sener vuelva a lo que se perfilaba como el plan original: que el mega yacimiento sea operado en mancuerna por Pemex y Talos Energy para compartir riesgos financieros y administrativos.

Deterioro de infraestructura causa más accidentes

Arturo Carranza advirtió que las mismas condiciones financieras de Pemex han dejado en el deterioro mucha de su infraestructura, causando incidentes como el ojo de fuego generado por uno de sus gasoductos en medio del Golfo de México.

“Este incidente tan lamentable es la expresión más clara de la situación de deterioro en que se encuentra la infraestructura de Pemex y la necesidad de que se incrementen sus presupuestos y sus inversiones en mantenimiento”, apuntó el analistas.

Según la misma empresa, uno de sus gasoductos submarinos sufrió una fuga que ascendió hasta la atmósfera y causó un incendio cuando los gases entraron en contacto con una tormenta eléctrica. El resultado fue un incendio espectacular y terrible cuyas imágenes le dieron la vuelta al mundo, generando llamados de alarma por parte de Greenpeace y la activista ambiental Greta Thunberg.

Arturo Carranza apuntó que el deterioro es algo heredado por la administración lopezobradorista, aunque existe la impresión de que los incidentes de este tipo se están volviendo más comunes. Aventuró la teoría de que las presiones del gobierno por aumentar la producción petrolera, sumadas a la infraestructura empobrecida, son un factor crucial.

“Esta idea de incrementar la producción de petróleo crudo y de incrementar la producción de gasolinas se traduce en mayores incidentes operativos en la infraestructura de Pemex”, dijo.

Idealmente, Pemex debería dedicar más recursos al mantenimiento de su infraestructura. Sin embargo, sus finanzas se encuentran bajo presiones tremendas. Es poco probable entonces que la empresa invierta lo suficiente en la restauración de sus plataformas y otros activos.

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