El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos anticipa impactos económicos desfavorables para las regiones de México, en caso de que el político del Partido Republicano cumpla sus ofertas de promover políticas económicas proteccionistas, advirtió Fitch Ratings.
De entrada, la eventual imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas de autos o de productos en general tendrán consecuencias negativas para las exportaciones de productos que se hagan de entidades altamente expuestas al comercio exterior, como Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas.
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Lo mismo si Trump —también empresario— asume una actitud agresiva en la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), programada para 2026.
“Un aumento en los aranceles y políticas de importación más estrictas podrían reducir la competitividad de los productos mexicanos en el mercado estadounidense, disminuirá los ingresos fiscales derivados de la actividad económica y afectaría la recaudación del impuesto sobre la nómina”, refirió la agencia calificadora Fitch, en su reporte “Impactos potenciales de la victoria de Trump en estados mexicanos”.
Otro posible efecto que resentirán las regiones de México será una menor llegada de inversión extranjera directa y, por tanto, un escaso aprovechamiento del proceso internacional de relocalización de empresas o “nearshoring”.
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Donald Trump —quien ya gobernó Estados Unidos de 2017 a 2021— ha prometido reducir los impuestos empresariales de 35% a 15%, así como eliminar los impuestos sobre las ganancias en el extranjero, entre otros.
De manera que entidades como “Baja California, la Ciudad de México, Nuevo León y San Luis Potosí, que han atraído inversiones importantes desde Estados Unidos, podrían ver una reducción en proyectos nuevos de inversión si las políticas de Trump se enfocan en repatriar la producción manufacturera a Estados Unidos. Las políticas fiscales y regulatorias más restrictivas también podrían hacer menos atractivo invertir en México”, observa Fitch.
Como se ha informado, Donald Trump ha amenazado con cerrar la frontera de Estados Unidos con México para frenar el paso de drogas y de la migración ilegal, además de que ha prometido hacer deportaciones en masa de personas que carezcan de una estancia legal en territorio estadounidense.
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De cumplirse estas advertencias, las entidades federativas con más trabajadores migrantes en Estados Unidos —como Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Zacatecas— enfrentarán presiones por una posible caída en la captación de remesas familiares, que constituyen una importante fuente de ingresos para varias comunidades con familias de escasos recursos.
“Una disminución de las remesas podría impactar directamente la demanda interna y calidad de vida de las familias que dependen de estos ingresos, afectando la capacidad fiscal de los estados y aumentando el gasto social debido al incremento en la demanda de servicios públicos y programas sociales”, aseguró el reporte.
Al final de cuentas, una menor dinámica comercial, una caída de las inversiones y una contracción de las remesas comprometerán la captación de impuestos de los gobiernos estatales, quienes además tendrán que enfrentar emergencias como la atención de los migrantes deportados o los que vienen del extranjero, que van a demandar servicios públicos y auxilio social.
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Para compensar esa menor captación de impuestos, es probable que los estados se vean en la necesidad de caer en endeudamiento, lo que constituye un riesgo en materia de finanzas públicas.
GC