La economía mexicana todavía tiene margen de maniobra para mantener la tendencia de incremento del salario mínimo, ya que los aumentos otorgados en los últimos años han demostrado que no han causado presiones inflacionarias, aseguró BBVA México.

“Ya se demostró que el aumento en el salario mínimo no ha tenido un efecto inflacionario, ni un impacto en términos de creación de empleo; incluso al revés, lo que hemos visto es que hay muchas zonas a pleno empleo y esto lo que ha generado es que la masa salarial en su conjunto se está incrementando”, dijo Eduardo Osuna Osuna, director general de BBVA México.

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En conferencia de prensa, el ejecutivo consideró que es viable la propuesta de Claudia Sheinbaum Pardo, candidata presidencial de la alianza oficialista Sigamos Haciendo Historia, en el sentido de incrementar el salario mínimo 2.5 veces por encima del valor actual de la canasta básica de consumo.

Asimismo, Jorge Álvarez Máynez, aspirante presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), consideró ayer —en el contexto del segundo debate de candidatos presidenciales— que el salario mínimo puede fijarse en 10,000 pesos mensuales.

Sobre estos planteamientos, Eduardo Osuna hizo ver que el salario mínimo tiene un rezago de varios años atrás, ya que el poder de compra de este salario todavía es inferior al que tenía en la década de 1980, de ahí que es factible continuar con la aplicación de más incrementos para recuperar su poder adquisitivo.

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Asimismo, Carlos Serrano Herrera, economista en jefe de BBVA México, refirió que el salario mínimo de México es el más bajo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por lo que existe camino por avanzar en beneficio de la clase trabajadora.

“Sí existe un espacio para seguir aumentando el salario mínimo en los próximos años en estas magnitudes que se proponen. Creemos que podrían ser adecuadas y que no resultarían en presiones inflacionarias ni de empleo”, comentó Serrano Herrera en la conferencia.

“El salario mínimo de México, aún con todo lo que ha subido, sigue siendo de los más bajos en América latina, el más bajo de la OCDE y está todavía como 30% por debajo de lo que llegó a tener a finales de la década de 1970”, añadió el experto.

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Los representantes de BBVA México coincidieron en que un salario mínimo fuerte ha servido a la economía nacional a mejorar el poder de compra, fortalecer el consumo y contribuir al crecimiento económico sin influir significativamente en la inflación.

GC