El consumo privado parece haber comenzado una fase de desaceleración, ya que en septiembre las ventas de los establecimientos comerciales al menudeo crecieron 2.3% en relación con igual mes de 2022, una de sus tasas más bajas desde 2020, cuando la economía mexicana entró en crisis a causa de la pandemia del Covid-19.
Asimismo, de enero a septiembre, se advierte que las ventas de los establecimientos comerciales minoristas avanzaron 4.2% respecto al mismo lapso del año pasado, cifra que si bien es positiva se quedó por debajo de la tasa de crecimiento de 7.2% que se observó en el periodo similar de 2022.
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“Al parecer, empezamos a ver cierto cambio de dirección en el desempeño del sector comercial del país”, consideró la empresa de consultoría CIAL dun&brandstreet, en un análisis.
Algunas de las razones que pueden explicar este fenómeno es una posible moderación en la generación de nuevos empleos —formales e informales— y una pérdida de dinamismo de las remesas familiares, que si bien han alcanzado máximos históricos, pierden poder de compra con la apreciación del peso.
De continuar este desempeño, las ventas del comercio al menudeo pueden cerrar 2023 con un avance de 4%, al tiempo que en 2024 avanzarán 3.7%.
CIAL dun&brandstreet considera que, en general, el desempeño del comercio minorista y del consumo privado se mantienen en terreno positivo, gracias a la fortaleza que la economía mexicana ha mostrado a lo largo de 2023.
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Pero sí comienza a detectarse una moderación, una de las señales en el sentido de que la economía mexicana entrará en una fase de desaceleración el próximo año, sobre todo en el segundo semestre.
De momento, los hogares mantienen su ritmo de gastos con apoyo de los créditos bancarios al consumo y la tendencia descendente de la inflación.
Inflación está “en pausa”
La empresa de consultoría destacó en su análisis que, si bien la tasa de inflación de la primera quincena de noviembre repuntó para ubicarse en 4.32% en forma anual, se trata de “un ligero incremento” respecto a la tasa de 4.25% de la segunda quincena de octubre, lo que supone que el indicador hará “una pausa” en su carrera descendente.
“Esta pausa podría extenderse por lo que resta del año y tal vez (el indicador puede) cerrar este año en alrededor de 4.46%, lo que no significaría una gran preocupación para el Banco de México (Banxico)”, consideró el análisis.
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Salvo que algún evento extraordinario ocurra en los próximos meses, es posible que la tasa de inflación continúe con su trayectoria de contracción hasta alcanzar 3.9% al concluir 2024, “ubicándose por primera vez desde principios de 2021 dentro del rango objetivo del Banco de México (Banxico), de 3% más una diferencia mayor o menor de un punto porcentual”.
CIAL dun&brandstreet fundamenta su optimismo con el argumento de que la inflación subyacente —que elimina los precios más volátiles— ha entrado en fase descendente, ya que en la primera quincena de noviembre se ubicó en 5.31% anual, debido a un mejor desempeño del sector de servicios, cuyos precios habían observado una resistencia a disminuir.
GC