La directora de México ¿Cómo Vamos?, Sofía Ramírez Aguilar, urgió una reacción del gobierno federal y de las autoridades estatales para contener el impacto de la elevada inflación en los hogares mexicanos, sobre todo en áreas rurales.

Durante una entrevista con Marco A Mares, para Fortuna y Poder, la especialista mencionó que la inflación es uno de los fenómenos inevitables de ver en los bolsillos de los consumidores, por lo que actualmente es uno de los elemento que más preocupa a las familias.

Apuntó que hacía mucho tiempo, prácticamente dos décadas, que los aumentos de precios no le quitaban el sueño a la población mexicana, “porque estábamos muy acostumbrados a que había una política monetaria que lograba contenerlos”, pese a los ‘chispazos’ de acciones de política pública, como los gasolinazos.

No obstante, aunque aún se considera transitoria, la elevada inflación se mantiene, y en los últimos meses ha marcado nuevos niveles históricos. Incluso, “vemos 10 meses consecutivos por encima de 4%, arriba del objetivo de Banco de México (Banxico) de 3% +/- un punto porcentual”.

“La inflación subyacente no ha reaccionado a los cinco incrementos consecutivos de la tasa de referencia del Instituto central por distintas razones. Por supuesto, no solamente es porque previo al cierre del año se alcanzó un pico en la tasa de interés anual mes a mes, pero tiene más que ver con las expectativas… con que hay un cierto ‘delay’ en el ajuste de esas expectativas.

“Debemos tener mucho cuidado en que las expectativas no entren en la espiral que conocemos como espiral inflacionaria y que, al final, nos acaben comiendo prácticamente todos los aumentos que hemos visto tanto en el salario mínimo como en el salario promedio, etc.”, indicó Ramírez.

La especialista añadió que, al interior de la inflación subyacente están considerados los alimentos y las bebidas, que registraron un incremento anual de 8% y 11%, respectivamente, una cifra superior a la inflación general de 7.3%.

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Bajo este contexto, pidió tomar en cuenta que, nuevamente, “aquellos hogares que están destinando un mayor porcentaje de su ingreso a los alimentos más básicos para sobrevivir, son justamente quienes compran la canasta básica alimentaria, que, de acuerdo con el Coneval, al cierre de diciembre se incrementó 11% respecto al año previo en zonas urbanas; en zonas rurales fue de 12%.

“Tendríamos que ver una reacción del gobierno federal, de los gobiernos estatales, para que se pudiera contener el impacto de la inflación en esos hogares, porque la idea es que cada uno no sólo tenga suficiente dinero para comer, sino que, además, no caigan en esa trampa de la pobreza, de donde es muy difícil salir”, manifestó Ramírez.

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