El conflicto que actualmente tiene enfrentados a Grupo Aeroméxico y su sindicato de pilotos, y que ha tenido como resultado retrasos y cancelaciones de vuelos, tiene su origen en un acuerdo laboral que alcanzaron las partes en el contexto de la pandemia del Covid-19 y que implicó “congelar” los aumentos salariales y de prestaciones mientras la compañía salía de la crisis.

Acuerdos similares estableció la empresa con los gremios de sobrecargos y de personal de tierra, los cuales fueron presentados como parte de las medidas del plan de reestructuración financiera de Aeroméxico, que se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.

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El proceso de reestructuración se efectuó a lo largo de 2021 y se terminó en marzo de 2022, con lo que se completaron unos 20 meses de negociaciones y gestiones de la compañía con sus acreedores, socios, inversionistas, trabajadores y otras personas interesadas.

Ahora, en los inicios de 2023, la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) considera que la empresa se encuentra restablecida y en pleno proceso de crecimiento, ante la recuperación de la afluencia de viajeros nacionales y extranjeros, por lo que es momento de retomar las negociaciones entre empresa y trabajadores para mejorar las condiciones laborales.

“La empresa está mucho mejor que en la pandemia, ya concluyó su reestructuración financiera y está atendiendo una alta demanda de pasajeros”, ha dicho Humberto Gual Ángeles, secretario general de ASPA, en declaraciones a la prensa.

Sin embargo, el acuerdo emergente entre Aeroméxico y los pilotos estableció como fecha límite el año 2024, por lo que hasta entonces las partes estarán en condiciones de reanudar los trámites ordinarios de revisión salarial y revisión integral del contrato colectivo de trabajo.

Ahorros laborales por 685 mdd

En sus argumentos ante la Corte de Nueva York, Estados Unidos, en donde Aeroméxico desahogó un juicio para concretar su reestructuración financiera, la compañía aseguró que los acuerdos con su personal iban a generar ahorros por 685 millones de dólares (mdd).

De esta manera, Aeroméxico informó que sus trabajadores de tierra y aire (pilotos y sobrecargos) aceptaron no demandar aumentos salariales ni de prestaciones hasta el año 2024.

En particular, el contrato colectivo de trabajo de los pilotos con Aeroméxico Connect deberá conservarse igual hasta el 30 de noviembre de 2024, en tanto que el contrato colectivo de Aeroméxico permanecerá vigente hasta el 30 de septiembre de 2024.

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Además, un segmento de pilotos –los mejor pagados— aceptó una reducción salarial de 15% entre 2021 y 2022 y de 14% en 2023 y 2024; en tanto que otro segmento de pilotos y los de Aeroméxico Connect solo tuvieron un recorte de 5% en 2021 y 2022.

La empresa aceptó otorgar un ajuste salarial anual, solamente en caso que la tasa de inflación superara un nivel de 3.78%.

Con el propósito de adelantar los tiempos para retomar las negociaciones de revisión salarial y contractual y no esperarse hasta el año 2024, los pilotos celebraron una asamblea el pasado 2 de febrero en la que acordaron una serie de medidas para trabajar con apego estricto al contrato colectivo de trabajo y no aceptar todas las medidas de flexibilidad laboral que demande Aeroméxico, esto es una política de “cero cooperación”.

Humberto Gual ha negado que el gremio haya adoptado medidas de “tortuguismo” y solo reconoció que se les recomendó a los pilotos respetar su contrato colectivo de trabajo y cuidar de su salud física y mental.

No obstante, en la asamblea se habló de acciones como volar más bajo por turbulencia para gastar más combustible, firmar y cobrar los viáticos al minuto, así como rechazar el trabajo en horas extras, entre otras medidas, que dan como resultado el retraso en las labores de embarque y desembarque de pasajeros y tripulación.

Señalamientos mutuos

Este martes, Aeroméxico señaló directamente a los pilotos como los responsables de los retrasos y cancelaciones de decenas de vuelos desde el domingo hasta el presente.

ASPA “está promoviendo una política de cero apoyo ante disrupciones que son comunes en la aviación mundial, por ejemplo situaciones de mal clima, saturación de tráfico aéreo, desvíos por clientes enfermos o cualquier eventualidad, por mínima que sea, que interrumpa la operación de un vuelo”, acusó Aeroméxico en un comunicado.

En tanto que ASPA culpa a la empresa por “mala planeación” de los vuelos y una deficiente asignación de horarios a los pilotos, ya que se programan más horas de vuelo de las que se pueden atender con el equipo y la tripulación disponible.

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El gremio de pilotos también denunció que la empresa pretende hacer trabajar jornadas extensas al personal, de hasta 15 horas.

“El problema se encuentra en la errónea reestructura operacional implementada por la administración, quienes planean a partir de una equivocada idea de que las tripulaciones tenemos, por fuerza, que aceptar jornadas de vuelo de hasta 14 o 15 horas continuas o modificar descansos para continuar con su programación, por mencionar un par de ejemplos”, cuestionó ASPA, también en un comunicado.

Por lo pronto, los pilotos han manifestado su apertura para conversar con la empresa en aras de alcanzar una solución a estos desencuentros, pero de momento no ha habido respuesta de Aeroméxico.

GC