En la conmemoración oficial del Día del Trabajo, el presidente Andrés Manuel López Obrador agradeció el apoyo del movimiento obrero del país a la política laboral de su sexenio, pero dirigió sus críticas a las empresas mineras, al advertir que su gobierno actúa con independencia de los intereses del sector privado y que no permite “órdenes” del sector minero.
“He contado con la comprensión y apoyo de ustedes, independientemente de las banderas partidistas, como aquí se ha mencionado, siempre he tenido el apoyo de ustedes, el tiempo que llevo gobernando el país. Pueden sestar seguros de que, bajo los mismos criterios de legalidad, democracia, libertad sindical y justica para los trabajadores, nos seguiremos conduciendo en el resto del tiempo que nos queda de mandato”, dijo el mandatario en una comida con líderes sindicales y la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján, para celebrar el día de los trabajadores.
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También dijo que su gobierno –que emprendió una reforma en materia de libertad sindical y justica laboral— es diferente, porque “actúa con independencia”, como “un verdadero juez”, para regular las relaciones obrero-patronales y proteger los derechos de los trabajadores.
En este sentido, López Obrador mencionó que su administración no ha aceptado ni aceptará presiones del sector privado y, a manera de prueba, aseguró que el salario mínimo ha crecido 90% en términos reales, además de que se canceló la subcontratación de trabajadores.
“Ahora las cosas son distintas. El gobierno actúa con independencia, como verdadero juez y no está sólo al servicio de empresarios o de banqueros”, dijo el mandatario.
“Los servidores públicos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) no son impuestos por los potentados, ahora es Luisa María Alcalde; no es una empleada de ningún empresario del sector minero, de los que expulsaron a Napoleón (Gómez Urrutia), ya eso no pasa, ni volverá a pasar”, dijo López Obrador, en referencia al conflicto que tuvo Gómez Urrutia, líder de los mineros, con Grupo México, por la explosión en la mina Pasta de Conchos en 2006, y las acusaciones por el desvío de un fondo de 55 millones de dólares.
Las palabras del mandatario llamaron la atención por la reciente aprobación de la reforma a la industria minera, que el Senado de la República sacó adelante el viernes pasado en una sesión maratónica, y que ha sido cuestionada por el sector privado, ya que reduce las concesiones mineras de 50 a 30 años y también concentra las labores de exploración en el sector público.
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Grupo México, encabezada por el empresario Germán Larrea Mota Velasco, es una de las empresas mineras más importantes del país.
Aunque aseguró que su gobierno ha emprendido una política laboral diferente a la de gobiernos pasados, la conmemoración de López Obrador con el sector de los trabajadores fue muy semejante a las del pasado, ya que el mandatario se reunió con los líderes obreros y las autoridades laborales a puerta cerrada, fuera de las concentraciones en espacios abiertos con la clase obrera.
La comida se organizó en Palacio Nacional y acudieron líderes sindicales como Carlos Aceves del Olmo, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM); Isaías González Cuevas, de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC); Francisco Hernández Juárez, de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT); Rodolfo González Guzmán, de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) y el referido Napoleón Gómez Urrutia, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSSRM), entre otros sindicalistas.