El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que en agosto, 59.7 millones de personas estuvieron ocupadas, 519 mil más que en el mismo mes de 2023, pero 627 mil menos respecto al mes previo, es decir, se perdieron 1.04% empleos en un mes.

De las personas que salieron de la población ocupada, sólo una parte permaneció en la población económicamente activa (PEA), ya que la población desocupada (o desempleada) solo aumentó en 51 mil personas en un mes, a 1.9 millones. En su comparación anual, el incremento fue de 68 mil personas.

Así, la población desocupada representó 3.0% de la PEA, porcentaje muy similar al reportado en el mismo mes de 2023. La población masculina desocupada se ubicó en un millón, mismo nivel que en agosto de 2023. La femenina pasó a 834 mil, desde las 780 mil del año pasado.

Cabe mencionar que, dado que no observó un incremento en la población desocupada a la par de la disminución en la población ocupada, gran parte de esa diferencia se ve reflejada dentro de la población no económicamente activa (PNEA). La población no disponible aumentó de 34.33 a 35.23 millones de personas, lo que quiere decir que la mayoría de las personas que salieron de la población ocupada no desean trabajar.

De acuerdo con Banco BASE, lo anterior puede deberse a varios motivos, “pero es importante tener en cuenta que la mayoría de las personas que pertenecen a esta población son retirados, estudiantes o laboran en el hogar”.

El fuerte aumento en la población no disponible sugiere que la pérdida de empleos no es necesariamente un deterioro del mercado laboral”, acentuó la institución financiera en un análisis.

Respecto a la población disponible para trabajar (quienes desean trabajar, pero no buscaron activamente trabajo, y no son considerados desempleados), en agosto tuvo un incremento de 148 mil personas, alcanzando un total de 5.49 millones de personas.

Banco BASE acentuó que el aumento también es importante, ya que “puede deberse a que algunas de las personas que perdieron su empleo están desalentadas, con la expectativa de que el mercado laboral actual no presenta oportunidades para lograr conseguir empleo”.

Al interior de la población económicamente activa, las personas subocupadas —las que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas— fueron 4.8 millones (7.74% de PEA), su mayor nivel desde diciembre del 2023. En tanto, la tasa de desocupación urbana, que puede ser considerada una medida un poco más robusta, ya que toma en cuenta mercados laborales mejor organizados y con mayor formalidad, disminuyó de 6.92% a 6.77%, cayendo a su menor nivel desde marzo del 2024.

Por otro lado, el Inegi precisó que la tasa de informalidad laboral disminuyó de 54.21% a 54.13%.

Para Banco Base, es muy común observar disminuciones en la tasa de informalidad cuando la población ocupada disminuye en grandes magnitudes, ya que en el mercado informal existe menos estabilidad para los trabajadores, dada la falta de contratos formales, menor supervisión por parte de autoridades laborales y desconocimiento de los derechos laborales.

La tendencia de la tasa de informalidad ha sido a la baja por los últimos 20 años, disminuyendo a un ritmo de 2.5 puntos porcentuales cada década. No obstante, la tasa aún se ubica en niveles altos aún en comparación con economías similares como la de Chile, que tiene tasas de informalidad laboral que rondan el 25%.

Al ritmo que disminuye la tasa de informalidad en México, y sin políticas que fomenten o incentiven la formalidad laboral, tomaría a México (hipotéticamente) 120 años alcanzar una tasa de informalidad de 25%”, calculó BASE.

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