Las empresas financieras de base tecnológica, las llamadas Fintech, perdieron ímpetu frente a la banca tradicional, consideró la calificadora Moody’s.

“La competencia que representaban las Fintech -en primera instancia- contra la banca tradicional ha disminuido, sobre todo porque el capital se ha vuelto más selectivo en el contexto de altas tasas de interés, lento crecimiento económico y mucha competencia de estas empresas”, señaló la agencia financiera.

Eso, dijo, sin contar que muchas Fintech construyeron su estrategia bajo el lema: “construye ahora y genera ganancias después”.

En un análisis comentó que la falta de capital ha debilitado a las financieras tecnológicas y, en algunos casos, provocó su desaparición, incluidas muchas que no eran rentables y dependían de la arquitectura existente de la banca, en lugar de ofrecer una tecnología o un producto novedosos.

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Además, los bancos establecidos han respondido a la amenaza fintech: muchos han hecho inversiones estratégicas para mejorar las ofertas digitales y ampliar sus capacidades, ya sea orgánicamente o a través de sociedades o adquisiciones.

Por otro lado, señaló, la regulación sigue siendo un obstáculo continuo para las Fintech: en ciertas regiones sigue siendo una costosa barrera de entrada para las empresas del sector que buscan un punto de apoyo en los servicios financieros.

En varias economías desarrolladas, el clima para las fintech se ha vuelto menos favorable: los reguladores en Australia, por ejemplo, apuntan a endurecer las reglas para BNPL, y en 2021 agregó requisitos para nuevas instituciones de depósito.

FP