El socio consultor de Perceptia21 Energía, Paul Alejandro Sánchez, aseveró que, por sí sola, la refinería Olmeca, de Dos Bocas, en Tabasco, no pone en riesgo las finanzas publicas del país ni tampoco las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex); sin embargo, advirtió que sí representa “una gota adicional en un vaso que ya está al ras”
“No es Dos Bocas, pero sí es una gota en un vaso que está a punto de derramarse, y deberíamos de considerar en un análisis interno cuál es el beneficio real que la refinería va a aportar”, indicó el especialista.
En entrevista con Marco A Mares, para Fortuna y Poder, Sánchez subrayó que una refinería suele ser rentable en “márgenes habituales de transformación de una materia prima”; sin embargo, para el caso de México, el problema es que “se observa a la industria petrolera y a las refinerías como centros de trabajo”.
“Como si su beneficio fuera más que económico, social. Es decir, debe de generar empleos y muchos empleos. Eso lo que hace es que tengamos sobrepoblación o exceso de capacidad laboral en las refinerías petroquímicas. En el largo plazo, genera que nunca va a haber rentabilidad”.
El Doctor en Política Pública por la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey explicó que Deer Park y otras plantas de Estados Unidos son rentables debido a que están más automatizadas, tienen menos personal y son más eficientes en su gasto, y en el largo plazo, sí producen ganancias.
“En México tenemos que pensar que esta es una decisión más estratégica que de producir ganancias, incluso para Pemex. Eso puede ser en el largo plazo un problema para las finanzas de la empresa del estado.
“En sus reportes en Estados Unidos ha señalado en muchas ocasiones que realmente pierde dinero al refinar y eso se debe en gran medida a la cantidad de personal que tienen las refinadoras”, destacó Sánchez.
Necesaria una reestructuración de activos
Por lo anterior, mencionó que lo que requiere México es una reestructuración de activos y de actividades que tiene Pemex, para realmente producir valor.
“Eso implica tomar decisiones difíciles, pues representa recorte de personal y cierre de estructuras que ya no son productivas y que le cuesta más al Estado que lo que da en beneficio a la sociedad. Y son decisiones difíciles porque son empleos, y al final son votos.
“Ese es un primer paso que habría que resolver para no poner en riesgo las de las finanzas de Pemex. […] Y se supone que las finanzas de Pemex no deben estar relacionadas con las finanzas nacionales, es decir, el riesgo país no debería estar relacionado con el riesgo Pemex en la teoría, pero en la práctica sí están”.
En ese sentido, el especialista acentuó que, en el caso de que la empresa productiva del Estado no pudiera renegociar a largo plazo sus deudas, ahí sería cuando se empiece a convertir en un lastre para la economía nacional.
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