“Considerando esta situación puede ser factible que el efecto neto al final del año sea positivo, es decir, que la pérdida generada por los sismos sea compensada por el dinamismo con que se lleve a cabo el proceso de reconstrucción, sobre todo cuando las autoridades se comprometieron en algunas zonas del país a terminar el año con vivienda nueva”, afirmó.Para esto, el gobierno federal considera que, de manera preliminar, se necesitarán 37,500 millones de pesos para llevar a cabo el proceso de reconstrucción, mencionó el CEESP. De este monto, 13,000 millones de pesos se destinarán a la reparación de planteles educativos, y 6,500 millones de pesos se invertirán para la reconstrucción de vivienda en Chiapas y Oaxaca. Asimismo, 10,000 millones de pesos a la reconstrucción total o parcial de vivienda para las demás entidades que tuvieron daños; y ocho mil millones de pesos se canalizarán para daños en infraestructura cultural. Estimó que la rapidez con que se intente llevar a cabo el proceso de reconstrucción será parte importante a considerar en la revisión de pronósticos para este año, pero la expectativa es que estos no tengan un ajuste importante, incluso es factible que en su mayoría se mantengan sin cambio. Para el siguiente año, los pronósticos de crecimiento dependerán más del entorno relacionado con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y del contexto político ante las elecciones presidenciales, refirió. Indicó que si bien es cierto que la reconstrucción y ayuda a los afectados es prioritaria, también es el momento preciso para instrumentar medidas que contribuyan a estimular la actividad productiva del país, de tal forma que sea el mejor instrumento para generar empleos mejor remunerados que contribuyan a aliviar la situación de los hogares. jam