Moody´s ratificó hoy la calificación crediticia para la deuda mexicana en Baa1, no obstante, también mantuvo la perspectiva negativa, debido la posibilidad de que el crecimiento a mediano plazo se estabilice en un nivel menor a 2%.
En un comunicado, la agencia abundó que entre los factores que podrían generar una baja de la calificación se añade una mayor probabilidad de que los déficits fiscales lleven a un incremento en deuda más pronunciado, ya sea debido al apoyo financiero para Petróleos Mexicanos (Pemex) “por encima de lo que ya está capturado en el escenario base” de la calificadora o debido a un deterioro de los ingresos gubernamentales.
“La decisión de Moody’s de mantener la perspectiva negativa refleja principalmente los riesgos a la baja para el crecimiento y los riesgos fiscales potenciales relacionados con la necesidad de apoyo financiero recurrente para Pemex.
“Además, las débiles perspectivas de inversión podrían reducir el crecimiento a mediano plazo más allá de las expectativas actuales” de la agencia.
Según la previsión de la calificadora, el crecimiento del país podría volver a una tendencia de 2% después de 2022. No obstante, advirtió que las decisiones de política y las preocupaciones del sector privado relacionadas con cambios futuros en el entorno legal y regulatorio, particularmente en el sector energético, pueden socavar aún más la confianza empresarial y podrían tener un impacto negativo duradero en crecimiento a medio plazo”.
“De manera similar, un incremento en pasivos contingentes, vía vehículos de finanzas estructuradas o con operaciones fuera del balance, podrían impactar la fortaleza general del soberano y llevar a una acción de calificación negativa”, agregó Moody’s.
La agencia destacó que, pese a la evidencia respecto a la erosión de algunas de las métricas de crédito de México, determinó ratificar la calificación para la deuda mexicana en Baa1, pues el deterioro en las cuentas fiscales “ha sido limitado, y es probable que continúe siendo limitado, en parte como consecuencia de la austeridad fiscal adoptada durante la crisis”.
Por otro lado, subrayó que la pronunciada contracción económica –en parte consecuencia de la austeridad fiscal– será probablemente revertida, con el crecimiento a mediano plazo regresando a su tendencia pre-pandemia, apoyada en el corto plazo por crecimiento robusto en Estados Unidos.
“De cara al futuro, Moody’s espera que la postura fiscal conservadora que ha caracterizado a la actual administración continúe durante la segunda parte de su mandato. Asimismo, espera que el apoyo financiero a Pemex a través de transferencias o exenciones tributarias se mantenga en alrededor del 1% del PIB anual.
“Si bien sigue habiendo pocas perspectivas de una mejora material en la baja base de ingresos del soberano, se espera que los ingresos del gobierno sigan siendo ampliamente resistentes, reflejando en parte los esfuerzos de la autoridad tributaria para combatir la evasión fiscal y mejorar la recaudación.
“Moody’s espera que la reforma fiscal planificada para 2022 sea en gran medida de naturaleza administrativa”.
De esta manera nuestro país se mantiene tres peldaños por encima del grado de inversión, aunque la perspectiva negativa implica que la nota se revisará nuevamente en un periodo de entre 12 y 18 meses.
De tres agencias calificadoras, Moody’s es la que le otorga a México el grado de inversión más alto, pues la calificación asignada por Standard & Poor’s es de BBB (2 niveles arriba del grado de inversión) y la de Fitch es de BBB- (1 nivel arriba del grado de inversión), todas con perspectiva negativa.
er