La economía de México tuvo un crecimiento de 0.22% en el segundo trimestre de 2024 respecto a la primera parte del año, según la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto Trimestral del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En su comparación anual, tuvo un avance de 1.09% (series ajustadas estacionalmente), menor al 1.93% del trimestre anterior y el más bajo desde el primer trimestre de 2021.

Así, en el primer semestre de 2024, el producto interno bruto (PIB) ascendió 1.5% con respecto a igual periodo del año previo.

Con estos pronósticos, Banco BASE estima que en el 2024 la economía de México crecerá 1.3% respecto al 2023.

Según la institución financiera, lo anterior dependerá de los desafíos y riesgos que se enfrenten en la segunda parte del año, a pesar de que México “tiene un gran potencial”.

En ese sentido, mencionó que es fundamental comprender que el entorno económico está sujeto a incertidumbre, tanto interna como externa, que puede influir en la trayectoria de crecimiento del país.

Entre los factores que podrían afectar de manera significativa en el desempeño económico de México, destacó como riesgos internos la sucesión de poder, toda vez que el 1 de septiembre entrará en funciones el nuevo Congreso de la Unión (la LXVI Legislatura), que estará conformada en su mayoría por miembros de la coalición liderada por Morena, partido de Claudia Sheinbaum, quien el 1 de octubre se convertirá en la primera presidenta del país.

Si bien lo visto durante las campañas parecen indicar una continuación de la agenda promovida por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), existe la posibilidad de que Sheinbaum se desvíe hacia una ideología más moderada y ortodoxa.

“El riesgo para la economía está precisamente en la continuación de las políticas de López Obrador, que se han caracterizado por incrementar el rol del Estado en diversos sectores de la economía a costa de la participación del sector privado”, mencionó BASE.

Por otro lado, el Congreso podría avalar la reforma judicial propuesta por AMLO, lo que “dejaría a los ciudadanos y participantes del mercado en un estado de indefensión ante actos de las autoridades, lo cual sin duda terminaría por disminuir considerablemente el potencial de crecimiento y desarrollo económico de México”.

Igualmente podría presentarse una disminución en la inversión pública por falta de espacio fiscal, que tras el endeudamiento incurrido en el 2024 dejará al gobierno federal en necesidad de una consolidación fiscal sin recursos para inversión física.

Sobre los riesgos externos, BASE retoma las elecciones de Estados Unidos en noviembre, en las que se disputarán la presidencia el expresidente Donald Trump y la actual vicepresidente Kamala Harris, que fue postulada por el partido Demócrata para reemplazar la candidatura de Joe Biden.

También podría producirse una desaceleración en la economía de Estados Unidos, que afectaría negativamente las exportaciones mexicanas, así como la entrada de remesas y de inversión extranjera directa.

Finalmente, afectarían más conflictos geopolíticos, pues ocasionan disrupciones en las cadenas de suministro y presiones al alza en costos de producción, lo cual podría traducirse en una mayor inflación.

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