La actual política de salarios mínimos ha contribuido no solo para recuperar el poder adquisitivo de los salarios mínimos generales y profesionales, sino también para impulsar al sistema de salarios del país en su conjunto, así como para cerrar las brechas entre hombres y mujeres.
Entre 2019 y 2023, los salarios mínimos generales han recibido un aumento nominal de 107 pesos, cuando en el periodo de 1994 a 2017, los salarios mínimos solamente obtuvieron un ajuste de dos pesos nominales, aseguró Luis Munguía Corella, presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) a través de un comunicado.
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Lo anterior, sin que el salario mínimo se convierta en un factor que pueda desestabilizar la tasa de inflación y sin perjudicar la generación de nuevos empleos.
Actualmente, el salario mínimo general se ubica en 207.44 pesos diarios, mientras que en la frontera norte es de 312.41 pesos diarios.
De esta manera, el salario mínimo ha obligado a que los demás salarios que se pagan en la economía mexicana, como los salarios manufactureros y los salarios medios de cotización en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), también avancen en la recuperación de su poder de compra frente a la tasa de inflación.
Además, la política del salario mínimo de la presente administración –que ha otorgado anualmente incrementos que otorgan un ajuste porcentual y un aumento en pesos— ha implicado que las brechas de ingresos entre hombres y mujeres hayan disminuido en 25% en promedio.
“Los aumentos conseguidos han sido parte de un plan generado en 2018 para lograr incrementos significativos sin afectar la economía, lo cual se ha aplicado con éxito”, dijo Munguía Corella, a través de un comunicado.
Asimismo, el comportamiento observado por el salario mínimo ha permitido que este indicador haya alcanzado e incluso superado la línea de pobreza que establece el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es decir, el sueldo necesario para adquirir los bienes de la canasta básica de consumo.
Según Conasami, el salario mínimo general de la frontera norte es actualmente 221% superior a la línea de bienestar.
Sin embargo, el funcionario reconoció que, a pesar de los avances alcanzados hasta el momento, el salario mínimo todavía no ha alcanzado su recuperación total, para alcanzar al menos el poder adquisitivo que tenía en 1976, cuando su monto permitía pagar las necesidades de una familia y también el punto de inflexión cuando empezó su tendencia de declive.

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“Es un salario que aún le falta camino por recorrer y se va a seguir haciendo de manera gradual, sin afectar, como ya se ha demostrado, la inflación y el empleo, pero que además ha ayudado a subir el salario de los demás trabajadores, porque si subes el piso cada vez más, compactas los salarios hacia arriba y las empresas también tienen que subir a los demás trabajadores”, aseguró el funcionario.
GC