La economía mexicana puede crecer a una tasa de 2.4% en 2024, pero en el horizonte se advierten tres riesgos que pueden comprometer esa expectativa y que son la carga que representa Petróleos Mexicanos (Pemex) para las finanzas públicas, la sequía y su impacto para la producción de alimentos, así como los posibles aranceles que pudiera imponer Estados Unidos a los productos de acero y aluminio procedentes de México.

En su reporte de la encuesta mensual de expectativas entre analistas del sector privado, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) ratificó una estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México de 2.4% para 2023, además de que disminuyó una décima de punto porcentual la expectativa para la tasa de inflación y la fijó en 4.1%.

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Si bien el IMEF no modificó su previsión de crecimiento, sí advirtió sobre los posibles riesgos que pudiera enfrentar la economía mexicana en 2024, un año en el que se realizarán elecciones para renovar la Presidencia de la República y otros cargos públicos.

El primero de esos desafíos es el deterioro de las finanzas y las operaciones de Pemex, ya que en su reporte de resultados de 2023, la compañía mostró problemas en la generación de flujo de efectivo,  no obstante los mejores precios internacionales del petróleo y el respaldo financiero del gobierno federal.

“De no mejorar su generación de efectivo operativo, la entidad requerirá aún mayores y crecientes transferencias y apoyos, pudiendo erosionar aún más la situación fiscal del gobierno federal”, consideró el IMEF en su reporte.

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Actualmente, la deuda financiera de Pemex alcanza un monto de 106,800 millones de dólares (mdd), además de que la empresa tuvo pérdidas por 92,000 mdd al cierre de 2022, sin olvidar las deudas de 22,000 mdd con sus proveedores.

El segundo elemento que puede poner en problemas el crecimiento económico de México es la sequía que afecta a varis zonas del país, lo cual puede dar como resultado menores volúmenes de cosechas de alimentos.

Si bien existe el recurso de la importación de productos para compensar un menor volumen de alimentos, habrá que entender que otras regiones del mundo también están afectadas por la sequía, de modo que los precios de los bienes básicos indudablemente van a subir.

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“Un deterioro en el tipo de cambio por el ciclo político que ha iniciado en Estados Unidos podría encarecer aún más esas importaciones, augurando un ciclo de tasas a la baja más lento del que se tiene proyectado. Para la Ciudad de México y área metropolitana es importante considerar una situación difícil para la actividad económica de no revertirse la situación actual de sequía”, comentó el IMEF en su reporte.

Pero un tercer elemento que también emerge en el horizonte como factor de preocupación son las quejas y señalamientos de empresarios y legisladores de Estados Unidos por las crecientes exportaciones de productos de acero y de aluminio de México a ese país, los cuales se presume que pudieran incluir mercancía hecha en China.

El gobierno norteamericano ha dicho que se reserva su derecho de aplicar aranceles a los productos mexicanos de acero y aluminio, en caso de no percibir un compromiso de México para atender la situación, lo cual tendrá un impacto desfavorable en las exportaciones de mercancías mexicanas a Estados Unidos, con una consecuente menor captación de ingresos por medio del comercio exterior.

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“Dichos aranceles pudieran afectar otras exportaciones mexicanas que utilizan estos materiales, tales como las automotrices y de enseres”, refirió el IMEF en su documento.

La encuesta de expectativas del IMEF modificó ligeramente a la baja la previsión de crecimiento para 2025, para ubicarla en 1.9%, así como el cálculo de la inflación, que se situó en 3.78% al cierre de ese año.

GC