La economía mundial paga un alto precio por la injustificada guerra de Rusia contra Ucrania, ya que el conflicto armado limita las expectativas de crecimiento mundial para este año y genera presiones de precios internacionales a la alza, principalmente de los alimentos y los energéticos.

A pesar de una reactivación económica mundial al disminuir las infecciones de Covid-19, se espera que el crecimiento global desacelere en lo que resta de 2022, para concluir el año con 3%. Pero en 2023, la economía mundial perderá todavía más fuerza y crecerá apenas 2.2%, consideró la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el reporte “Pagando el precio de la guerra. Panorama económico, reporte provisional de septiembre de 2022”.

“En comparación con el pronóstico de la OCDE de diciembre de 2021, antes de que Rusia agrediera a Ucrania, se espera que la economía global pierda 2.8 billones de dólares en 2023”, consideró la llamada organización de “los países ricos”.

Los efectos de la pandemia del Covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania ha mantenido la volatilidad de precios de varios bienes y servicios básicos, lo que ha motivado que los países se vean en la necesidad de enfrenar la inflación con aumentos a sus tasas de referencia, con la consecuente señal de “enfriar” la economía.

En este sentido, un factor clave que ha inducido la desaceleración económica es la política monetaria restrictiva que se ha adoptado prácticamente de forma generalizada a nivel mundial, derivado de que se han rebasado los objetivos de tasa de inflación, más allá de lo esperado.

Además, la política de “Cero Covid-19” de China ha ocasionado nuevas cuarentenas y nuevos cierres de actividades en dicho país, lo que ha tenido sus efectos en la economía china, pero también en la economía mundial, agregó la OCDE.

Los cierres de actividades y la debilidad del mercado inmobiliario provocarán que la economía china pierda dinamismo y que solo crezca 3.2% en 2022.

Otro fenómeno internacional grave ha sido la alta inflación que ha sobrepasado a los energéticos  y a los alimentos y se ha generalizado prácticamente en todos los bienes y servicios. Los primeros en resentirlo son las empresas, que enfrentan elevados costos de energía, transporte y salarios.

“Las presiones inflacionarias se hicieron evidentes en Estados Unidos a principios de 2022 y esto también se observa en la zona euro y en menor medida en Japón”, refirió el reporte.

En este contexto, con un mercado laboral fuerte que ha visto recuperar los empleos perdidos en la pandemia y tasas de desempleo a sus niveles más bajos en 20 años, lo salarios se fortalecen en beneficio del poder de compra de las familias.

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La contraparte es que el aumento de los salarios a nivel mundial también tiende a fortalecer las presiones inflacionarias, advirtiói la OCDE.

El organismo multilateral estimó que la inflación alcanzará su pico en el transcurso de este tercer trimestre de 2022 y que comenzará a disminuir en el cuarto trimestre y mantendrá su tendencia descendente a lo largo de 2023 en la mayoría de los países del G20.

“Sin embargo, la inflación anual de 2023 permanecerá por encima de los objetivos de los bancos centrales de los países prácticamente en todos lados”, consideró la OCDE.

El organismo destacó que Estados Unidos tendrá un mejor desempleo en hacer bajar la inflación, en comparación con otras regiones del mundo, como la Unión Europea o el Reino Unido, ya que los estadounidenses empezaron a restringir su política monetaria con más anticipación.

Pero en el caso de las economías emergentes como México, la inflación amenaza con mantenerse elevada.

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“La foto de la inflación entre la mayoría de las economías emergentes varía ampliamente. La inflación sigue baja y estable en China, pero en México y Brasil se espera que las presiones inflacionarias significativas disminuyan hacia los objetivos a medida que surtan efecto las alzas de las tasas de interés”, consideró la OCDE.

El reporte de la organización hizo ver que la guerra entre Rusia y Ucrania y las sanciones económicas contra el primero auguran un crudo invierno para los países europeos, que dependen en buena medida del abastecimiento de gas ruso. Las dificultades que puedan tener los países europeos para conseguir el combustible necesario para su consumo amenazan con provocar una recesión en la región, lo que igualmente tendrá algún impacto en la economía mundial.

Para el mundo, la inflación crecerá más de medio punto porcentual en 2023, mientras que la expectativa de crecimiento se reducirá en medio punto porcentual.

GC