La industria manufactura es un espacio todavía dominado por hombres con 63.5% de su fuerza laboral integrada por varones, mientas que las mujeres tienen una participación de solo 36.5%.

Actualmente, la industria manufacturera de México es la fuente de empleo de 8.9 millones de personas, de las cuales 3.3 millones son mujeres, mientras que 5.7 son hombres, refirió el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), en una nota informativa.

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En esta materia, México está alineado con las tendencias internacionales, ya que los países en desarrollo que duplican sus exportaciones manufactureras, las mujeres aumentan su participación en los salarios totales de 24% a 30%, pero hasta ahí.

La incorporación de más mujeres a la manufactura debe ser una prioridad para el sector productivo, ya que esta industria se caracteriza por pagar mejores salarios que el resto de las actividades productivas, debido a los requerimientos de personal calificado y el uso de tecnología moderna.

De modo que la contratación de más mujeres en las empresas manufactureras y, sobre todo, en las que se enfocan en la exportación, puede contribuir a cerrar las brechas laborales y de salarios entre hombres y mujeres, dice Index.

La cámara empresarial hizo ver que las compañías globales han avanzado en formular políticas de inclusión laboral, que han incorporado a más mujeres a sus filas. Tanto así que las empresas integradas a las cadenas internacionales de valor emplean un porcentaje más alto de mujeres en su plantilla de personal, que llega a 33%.

En cambio, las compañías que no están en esas cadenas globales de valor, tienen una composición femenina de 24%, dijo Index con base en datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Sin embargo, todavía falta camino por avanzar, reconoce Index.

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A nivel internacional, las tendencias refieren que las mujeres trabajadoras perciben salarios equivalentes a 60% o 75% de lo que perciben los hombres, aunque hagan el mismo trabajo.

Para reducir esta brecha, una solución puede ser la aprobación de leyes que promuevan la remuneración justa y equitativa entre hombres y mujeres, ya que 59% de los países que forman parte de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) carecen de una reglamentación de ese tipo.

La conveniencia de promover un trabajo más inclusivo en la manufactura y el resto de la economía no solo constituye un acto de justicia laboral entre hombres y mujeres, sino que también va en el mejor interés de las empresas, ya que las compañías con diversidad de género han tenido un alza de 13% en sus tasas de retorno, concluyó Index.

GC