Las economías de América Latina —México incluido— crecerán 2.3% en este año, que si bien es positivo todavía está lejos del boom económico que vivió la región entre 2003 y 2014, gracias al comercio de las materias primas.

Sin embargo, las dos economías más grandes de la región, que son México y Brasil, enfrentarán una desaceleración en comparación con el comportamiento que habían observado en los dos años previos, aseguró Moody’s Analytics en su reporte “Panorama de América Latina, julio 2024”.

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Existen tres factores clave que pesarán en las perspectivas de crecimiento económico de este año y que son el resurgimiento de la alta inflación y las altas tasas de interés a nivel internacional; la polarización política que genera incertidumbre entre los actores económicos y la baja productividad que limita el crecimiento de los países de la región.

Además, el aumento de los déficit fiscales en los países latinoamericanos se suma como un factor que empuja al alza los niveles de inflación.

En este contexto de resurgimiento de la inflación, los bancos centrales se verán en la necesidad de continuar con políticas monetarias restrictivas y mantener alta las tasas de referencia.

Derivado de un bajo crecimiento económico en la década pasada, los países latinoamericanos tienen en común un ánimo social polarizado en el que emergen las propuestas políticas y líderes políticos populistas, lo que genera incertidumbre entre los actores económicos.

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Aunque el estancamiento ha mantenido bajo control las propuestas de políticas más radicales, el sentimiento moderado continúa pesando sobre la inversión en toda región”, refiere Moody’s Analytics.

México es una excepción clave, donde las recientes elecciones le han dado al partido gobernante Morena un mandato para un cambio institucional más amplio. Si bien las reformas propuestas han sacudido a los mercados, considerados que la ventana para su implementación es estrecha y no esperamos que los acontecimientos aquí afecten las perspectivas de crecimiento ese año o el próximo”, agregó el reporte.

Sobre las perspectivas económicas de México, Moody’s Analytics advierte que el país observará una pérdida de dinamismo económico en el segundo semestre de 2024, derivado de una menor demanda de productos importados en Estados Unidos, su principal socio comercial.

De momento, tanto las exportaciones de mercancías hacia Estados Unidos y las remesas familiares de trabajadores radicados en el extranjero generan hacia México importantes flujos de divisas.

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Otro factor que incidirá en la desaceleración económica de México será el cierre de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador y la conclusión de varias de las obras de infraestructura que se han impulsado este sexenio.

No obstante, la inversión extranjera directa, sobre todo la que se dirige a la industria manufacturera, continúa en ascenso y con niveles récord, destaca Moody’s Analytics.

Lo anterior, como consecuencia del proceso internacional de relocalización de empresas que buscan un nuevo destino para establecerse, fuera de China. Además el costo laboral de México es 40% menor que el promedio de los salarios que se pagan en China.

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Asimismo, el reporte destaca que la región latinoamericana enfrenta un elemento adicional de incertidumbre y que descansa en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos.

De ganar Donald Trump, candidato del Partido Republicano, se impondrán aranceles de 10% a todas las mercancías importadas, independientemente de su procedencia, lo que tendrá implicaciones para negativas para los países de la región, especialmente para México, ya que 80% de sus exportaciones de bienes se dirigen al mercado norteamericano.

Además, el mismo candidato republicano ha prometido que restringirá más la llegada de migrantes indocumentados a su país, lo que también comprometerá a México y otras economías de la región que son receptoras de remesas familiares.

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“Los impactos se concentrarían más en México, donde la reducción de las importaciones estadounidenses, la reducción de la migración mexicana a Estados Unidos y la reducción de las remesas pondrían a la economía mexicana en un aprieto. La economía colombiana también tendría dificultades dada su dependencia de las exportaciones de petróleo crudo a Estados Unidos. Los resultados potenciales en otras partes de la región serían más leves”, concluyó Moody’s Analytics.

GC