La economía mexicana enfrentará un proceso de desaceleración económica en 2023, por “contagio” de Estados Unidos, por lo que puede concluir con una tasa de crecimiento económico de apenas 1.2%, una expectativa ligeramente mejor que el repunte de 1% esperado para toda la región de América Latina.
“Esperamos una desaceleración de las siete más grandes economías de América Latina en 2023 respecto a 2022 (…) por un menor dinamismo económico en las principales economías del mundo, la inflación y las tasas de interés”, comentó Patricia Krause, economista para América Latina de Coface, empresa aseguradora de crédito.
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En videoconferencia, la especialista explicó no obstante que, en el caso de México, la expectativa de crecimiento estará afectada, por un lado por la desaceleración en Estados Unidos, y parcialmente compensada por la inversión extranjera directa derivada del proceso de relocalización de empresas o “nearshoring”.
Patricia Krause expuso que, de momento, México es el país de América Latina que más se ha beneficiado del “nearshoring”, gracias a su cercanía geográfica con Estados Unidos y su red de tratados comerciales internacionales, especialmente el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.

Patricia Krause consideró que, si bien la inflación ha comenzado a descender en varios países de América Latina, los bancos centrales se verán en la necesidad de mantener altas las tasas de referencia en aras de anclar el nivel general de precios lo más posible.
“La convergencia hacia los objetivos de los bancos centrales puede ocurrir hasta 2024 en América Latina, de modo que la política monetaria seguirá restrictiva, con una alza de la tasa de interés en Colombia o en México, en donde se espera un aumento en mayo, en línea con la Reserva Federal de Estados Unidos”, comentó la experta.
Es posible que el Banco de México (Banxico) se vea en la necesidad de incrementar la tasa de referencia en 25 puntos base en su próxima reunión de política monetaria de mayo próximo, estimó Coface.
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En un contexto de alta inflación y aumento de las tasas de interés, así como de desaceleración económica, es previsible que se eleven las insolvencias de las empresas.
“En los últimos años, desde el inicio de la pandemia del Covid-19, había una preocupación por las insolvencias, pero se notó que estas han sido bajas. Ahora sí esperamos un alza, las insolvencias crecerán por la desaceleración, las tasas de interés y el encarecimiento del crédito”, consideró Krause.
Año desafiante para el sector agropecuario
América Latina constituye un importante productor y exportador de alimentos, pero ante sus elevados niveles de pobreza y desigualdad, también es altamente sensible a las variaciones de precios y su impacto en la inflación y el poder adquisitivo de las familias.
En este sentido, Coface formuló una serie de pronósticos en relación con las actividades agropecuarias para este año, las cuales anticipan un comportamiento desafiante ante el impacto del fenómeno “del niño” –que se caracteriza por fuertes lluvias, inundaciones y sequías— en la producción de alimentos, así como por los precios internacionales de los químicos y fertilizantes.
Simon Lacoume, economista de Coface especializado en temas agropecuarios, comentó en la videoconferencia que el fenómeno “del niño” se reforzará en septiembre, lo que implicará un riesgo para la producción de cereales en países como Brasil, lo que a su vez puede generar “tensiones” en las cadenas internacionales de suministro de estos alimentos.

En el caso de México, alrededor de 50% de los municipios reportan escasez de agua, lo que de momento no ha tenido efectos en las cosechas, por lo que previsiblemente la producción aumentará ligeramente 0.4% en 2023, pronosticó Coface.
Sin embargo, habrá que estar pendientes de la llegada del fenómeno “del niño” y sus efectos para la agricultura mexicana.
Pero además de los acontecimientos meteorológicos, el sector agropecuario del país puede enfrentar dificultades por el bajo financiamiento para el campo y también por la disputa con Estados Unidos por el decreto del gobierno mexicano que prohíbe el uso del maíz genéticamente modificado para consumo humano, advirtió Patricia Krause.
GC