El Buró de Estadísticas Laborales (BLS por sus siglas en inglés) informó que la inflación general en Estados Unidos desaceleró en octubre a 3.2%, más de lo que habían pronosticado los mercados (3.3%).
Con ello, fueron interrumpidos tres meses consecutivos de aceleración en la inflación a tasa anual.
En su lectura mensual, registró un estancamiento de 0.0%, desde el aumento de 0.4% de septiembre y menor al estimado de 0.1% mensual. Es el menor crecimiento a tasa mensual desde julio del 2022.
De manera desagregada, la inflación subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, se ubicó en 4.0% anual, por debajo de la expectativa del mercado de 4.1%. Así, ligó siete meses consecutivos de desaceleración y se ubicó en su menor nivel desde septiembre del 2021.
A tasa mensual, el rubro subyacente se ubicó en 0.2%. Al interior, la inflación mensual del componente de energía mostró una caída de 2.5%, después de haber sido el principal impulsor al alza de la inflación general en los dos meses pasados. Asimismo, al interior de la inflación subyacente, destacó la caída a tasa mensual de los commodities de 0.1%.
En tanto a los precios de los servicios, se moderaron a 0.3% mensual, derivado del componente de vivienda (0.3%) y una aún elevada variación en los precios del transporte (0.8%).
“Como suele ocurrir, el dato de inflación al consumidor en Estados Unidos es protagonista de las jornadas en que se reporta y en esta ocasión ha detonado un amplio optimismo al mostrar mejores resultados que los que esperaba el consenso”, resaltó Grupo Financiero Monex.
En un análisis, la institución subrayó que los datos de hoy son positivos, “en tanto la dinámica de precios continúa con el proceso de normalización y no aparecieron shock que pudieron haberse materializado tras el estallido del conflicto en Medio Oriente”.
“Además, el comportamiento de la inflación subyacente fue verdaderamente alentador, pues los servicios recortaron a la mitad su tasa de crecimiento mensual y las mercancías tuvieron una variación negativa por quinto mes consecutivo.
“Estas cifras son compatibles con la estabilización de la inflación general en niveles cercanos a 3.0% y si el trayecto se mantiene constante en los próximos meses podríamos observar una mayor apertura de las autoridades de política monetaria para abordar la posibilidad de iniciar con el ciclo de recortes, sobre todo si la actividad económica registra contracciones en la segunda parte de 2024”, acentuó Monex.
¿En qué nos beneficia?
Una inflación baja en Estados Unidos reduce la presión inflacionaria en el país. Esto puede ayudar a mantener estables los precios de los bienes y servicios en México y, por lo tanto, mejorar el poder adquisitivo de los consumidores.
Igualmente, ayuda a que las exportaciones mexicanas sean más competitivas en los mercados internacionales, ya que los precios de los productos nacionales serían relativamente más bajos en comparación con los de otros.
Asimismo, los precios de los bienes importados a México pueden reducirse, haciéndolos más asequibles para los consumidores mexicanos. Con ello, el consumo recibe impulso y la economía tiene mayor dinamismo.
También contribuye a la estabilidad del tipo de cambio entre el dólar estadounidense y el peso mexicano, lo que puede reducir la volatilidad en los mercados financieros y mejorar la confianza de los inversores.
Finalmente, si la inflación en Estados Unidos baja, es posible que la Reserva Federal (Fed) reduzca sus tasas de interés. Si esto sucede, las tasas de interés en México también pueden bajar, lo que incentiva a empresas e individuos a obtener préstamos y financiamiento para proyectos.
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