El secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rogelio Ramírez de la O, señaló que los criterios generales de política económica que sustentan el Presupuesto 2025 están construidos sobre una base realista y prudente de la situación económica actual, tomando en cuenta los retos internos y globales, y estableciendo proyecciones que aseguran una consolidación fiscal responsable tanto en el corto como en el mediano plazo.

Durante una comparecencia en la Cámara de Diputados, en la que explicó el Paquete Económico 2025, el funcionario reiteró que el déficit, en su definición amplia para 2025 es de 3.9% como proporción del producto interno bruto (PIB) alineado con un nivel de deuda pública de 51.4% del PIB, cifras que “son un esfuerzo responsable de consolidación fiscal”.

Según el titular de Hacienda, también aporta para “mantener la deuda constante y sostenible respaldando la estabilidad financiera en el mediano y el largo plazo”.

Este enfoque refuerza nuestro compromiso con finanzas públicas sanas y ha sido reconocido por organismos internacionales y calificadoras con una fortaleza clave, como una fortaleza clave para la economía nacional”, resaltó.

Sobre el ejercicio de consolidación fiscal (desplazamiento de la política fiscal de un nivel alto de gasto y un nivel alto de deuda, a un nivel moderado de gasto y sostenible de deuda), acentuó que, en 2024, México tuvo un déficit de 5.9% como proporción del PIB, que es muy alto y que “ameritaba entrar en el año 2025 en un ejercicio de consolidación fiscal”.

Abundó que dicha consolidación se nutre de una racionalización más rigurosa en el ejercicio del gasto, así como un esfuerzo muy fuerte en la recaudación de ingresos tributarios.

“La consolidación fiscal se logra utilizando los renglones en donde hay flexibilidad para reducir gastos o para aumentar ingresos.

“La distribución del esfuerzo de consolidación fiscal en 2025 implica pasar de un déficit ampliado de 5.9% a 3.9% del PIB, puntos porcentuales que para cualquier gobierno es un esfuerzo bastante significativo. Esta carga de ajuste se reparte 60% en gasto y 40 % en inversión”, acentuó.

En relación a la inversión, Ramírez de la O repitió que se van a desarrollar proyectos de inversión grandes, pero no de la magnitud de los que hubo en 2024.

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