La falta de planeación a largo plazo de las obras de infraestructura, así como los escasos proyectos ejecutivos que se presentan para las mismas, son algunas de las problemáticas que tiene el sector en México, concluyó el IX Foro Nacional de Infraestructura, realizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF). La relevancia de esto se explica con datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien  a través de su estudio: Financiamiento de la Infraestructura en América Latina y el Caribe, señala que la inversión en infraestructura en México apenas alcanza 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el promedio asciende a  2.8 por ciento. Aunado a lo anterior, el IMEF especifica que la mala planeación de los proyectos ejecutivos, que representan el 4% de la inversión total de una obra,  disminuye sus posibilidades de éxito, al no presentarse de manera completa para garantizar la correcta ejecución de las acciones y el presupuesto. En este contexto y tomando en cuenta algunos hechos como la falta de recursos públicos, débil crecimiento interno de la economía del país y una incierta situación económica, comercial y política con Estados Unidos; el IMEF planteó ocho acciones, resultado de los análisis que se han realizado durante casi una década:
  • Vincular de manera efectiva la planeación de la infraestructura en México con la política económica del país y con base en ello, seleccionar aquellos proyectos urgentes y necesarios, plasmados en el Programa Nacional de Infraestructura (PNI) 2014-2018.
  • Constituir un órgano interinstitucional para realizar la planeación de la infraestructura con una visión de por lo menos 20 años.
  • Definir los proyectos no incluidos en el PNI y que son necesarios para impulsar el crecimiento económico de nuestro país.
  • Fortalecer la red de transporte (terrestre, marítima y aérea) para estimular la actividad económica en el mercado interno y la competitividad de nuestros productos en el extranjero.
  • Desarrollar la planeación de la infraestructura regional y metropolitana vinculada con la planeación a nivel nacional, ya que generalmente están desalineadas.
  • Considerar proyectos bajo el esquema de Asociaciones Público-Privadas (APP) que no requieran de inversión pública para la preparación de los proyectos ni para su construcción y operación, especialmente los proyectos presentados como “ofertas no solicitadas”.
  • Agilizar los proyectos de inversión privada que están detenidos por razones legales o burocráticas.
  • Fortalecer la infraestructura social que beneficie directamente a población en pobreza extrema y a localidades con alto nivel de rezago social.
El Instituto especificó que algunas de estas acciones se podrían desarrollar antes de que finalice el actual sexenio; sin embargo, resaltó la importancia de sentar las bases para generar una visión de largo plazo, con la cual se pueda garantizar una motor de crecimiento económico.