Una próxima reforma laboral encaminada a reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales deberá ir acompañada de medidas que compensen el impacto económico para las empresas, mediante una disminución gradual de las horas trabajadas según la rama de actividad productiva.

Asimismo, será necesario adoptar disposiciones fiscales en apoyo a las empresas, como la deducibilidad al 100% de las prestaciones laborales y una actualización del subsidio al empleo, aseguró la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), a través de un comunicado.

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De lo contrario, la intención de reivindicar los derechos laborales de los mexicanos se enfrentará a una realidad en la que las empresas no podrán lidiar con un aumento de costos de producción, sobre todo en un contexto de desaceleración de la economía nacional, las disputas comerciales entre México y Estados Unidos y una baja productividad laboral.

“El país enfrenta una marcada desaceleración económica, niveles altos de informalidad que superan 54.5% de la Población Ocupada y una baja productividad laboral —la más baja entre los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)—”, refirió la Coparmex. 

“Impulsar una reforma de esta magnitud, sin atender previamente estos desafíos estructurales puede provocar el efecto contrario al deseado: menos empleos formales y consecuente precarización laboral, debilitamiento de sectores clave, cierres de empresas y, como consecuencia, una economía más debilitada”, aseguró la Confederación.

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Con estas palabras respondió la Coparmex al anuncio hecho ayer por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños López, en el sentido de que se retomará la reforma laboral encaminada a reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas a la semana, lo que supone establecer un descanso de dos días semanales.

En el contexto de los festejos por el Día Internacional del Trabajo, la mandataria y su funcionario prometieron que la instauración de este cambio implicará un proceso gradual, con fecha límite para el año 2030, cuando terminará el presente sexenio.

Coparmex —considerado el brazo político del sector privado— manifestó su disposición a participar en las mesas de trabajo anunciadas por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en aras de sacar adelante este proyecto de reforma laboral con amplios consensos.

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Sin embargo, la Confederación hizo ver que, por la naturaleza de ciertas actividades productivas, tendrán que establecerse excepciones sobre la jornada de 40 horas máximo.

“Cualquier propuesta para reducir la jornada laboral debe incluir una implementación gradual, flexible y adecuada a las capacidades de cada sector productivo. Además, se deben establecer excepciones razonables para actividades específicas, que por su naturaleza requieren esquemas distintos, con el fin de evitar impactos negativos que puedan traducirse en pérdida de empleos o aumento en la informalidad”, refirió la Coparmex.

En este sentido, el organismo empresarial insistió en la pertinencia de que el gobierno federal cumpla su promesa de conocer a un amplio “diálogo social”, en el que se logren de manera efectiva consensos entre los sectores público, privado y el de los trabajadores.

GC