La agencia S&P Global Ratings prevé que la demanda de crédito en México se moderará a medida que la economía desacelere y la confianza de los inversionistas disminuya; sin embargo, considera que los bancos en el país están bien posicionados para navegar los vientos en contra.
En su informe “Panorama bancario por país“, la calificadora apuntó que el menor dinamismo de la economía mexicana, sumado a las tasas de interés persistentemente altas, presionarán el crecimiento de los bancos en el país, así como la calidad de los activos y la rentabilidad.
No obstante, acentuó que “las prácticas conservadoras de otorgamiento de créditos de las instituciones financieras amortiguarán el impacto”.
“La desaceleración de la economía en 2024 y 2025 y tasas de interés altas debilitarán la capacidad de los clientes bancarios para pagar sus deudas. Sin embargo, esperamos que los indicadores de calidad de activos se mantengan en niveles adecuados”, expuso.
La agencia resaltó también que, aunque el aumento de las provisiones para pérdidas crediticias presionará la rentabilidad, “los márgenes sólidos, los esfuerzos para la contención de gastos y las políticas conservadoras de originación permitirán a los bancos mantener una rentabilidad sólida”.
Así, estima que el retorno sobre activos promedie 2.0% en 2024 y 2025, mientras que el retorno sobre capital será de alrededor de 18.0 por ciento. Además, espera que los bancos comerciales sigan representando entre 45% y 50% del crédito total, y que los préstamos crecerán entre 4% y 5% en términos reales en este y el próximo año.
Lo anterior, porque no vaticinan cambios significativos en el sistema bancario bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum.
A ello se añadiría el impacto positivo de la relocalización de empresas, o nearshoring, que podría aumentar la demanda de crédito, aunque este fenómeno “avanza lentamente y la exposición crediticia de los bancos al nearshoring sigue siendo moderada”.
“Dados los sólidos fundamentos crediticios, los bancos están bien posicionados para navegar los vientos en contra“, mencionó.
Respecto a la nueva administración, la agencia abundó que prevé “una amplia continuidad de las políticas bajo la nueva administración”, lo que podría ser negativo para el crecimiento económico del país.
“Las posibles medidas que debiliten los pesos y contrapesos (incluidos el poder judicial y la autoridad monetaria) podrían disminuir la confianza de los inversionistas. Esto podría perjudicar el crecimiento y la calidad crediticia del soberano”, advirtió.
En relación al próximo gobierno de Estados Unidos, con Donald Trump, la agencia destacó que la amenaza de cambios al T-MEC, programado para revisión a mediados de 2026, podría retrasar las decisiones de inversión, aunque, en el escenario base de la agencia, no habrá cambios importantes en el tratado de comercio, ni antes ni durante el proceso de revisión.
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