La presente administración federal llega a su último año de gobierno con un déficit fiscal de 5% del Producto Interno Bruto (PIB), que además de ser un nivel récord, amenaza con generar presiones inflacionarias y con provocar una “leve recesión”.

Si bien, todos los gobiernos de México tienden a aumentar su gasto en el último año del sexenio, el nivel del déficit fiscal del cierre de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador será el más alto que se haya visto desde 1988, cuando se registró un nivel de 9.2% del PIB, destacó Gabriela Siller Pagaza, directora de la unidad de Análisis Económicos de Banco Base.

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Además, si se aprecia el nivel del gasto desde una perspectiva más amplia al considerar la deuda, se advierte que los requerimientos financieros del sector público alcanzan 6% del PIB.

En videoconferencia, Gabriela Siller comentó que el déficit fiscal que adquirirá el gobierno mexicano en 2024 desafía a la teoría económica, que recomienda un máximo 3% del PIB.

Pero demás, se advierte que la mayor parte del gasto extraordinario que ejercerá el gobierno federal este año se enfocará en gasto corriente, por la vía de las transferencias económicas a la población, como becas y pensiones, sin olvidar el gasto en las obras insignia del sexenio como el Tren Maya y la Refinería Olmeca.

De esta manera, el mayor gasto público y el mayor endeudamiento del gobierno federal traerán como resultado presiones inflacionarias y también tasas de interés más altas.

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“Los déficits fiscales siempre generan presiones inflacionarias y también presionan la tasa de interés. El gobierno debe colocar más deuda y pagar mayor premio por el riesgo y eso aumenta la tasa de interés”, comentó Siller Pagaza.

En los Precriterios de Política Económica de 2025, el gobierno federal anticipa que el déficit fiscal se reducirá a 2.5% del PIB, lo cual implica necesariamente que se tendrá que reducir el gasto público de manera significativa, con los consecuentes efectos para la economía.

“Tendrán que recortar más el gasto y eso pone un freno a la economía y puede haber una leve recesión en 2025. Porque si no se recorta el gasto, puede sobrevenir una disminución de la calificación crediticia de la deuda pública”, advirtió Siller Pagaza.

Actualmente, la calificación crediticia del gobierno mexicano se encuentra cerca de perder el grado de inversión, ya que por ejemplo la agencia Fitch ha dado una nota de BBB-.

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En este sentido, la experta advirtió que los mercados financieros estarán atentos a las decisiones de política fiscal que tomará el nuevo gobierno que resulte ganador de las próximas elecciones presidenciales del 2 de junio.

GC